HEARTBEATS [Soukoku Fic]

Capítulo 1

Nunca podía imaginarme todas las cosas que pueden pasar mientras uno se encuentra dormido, por supuesto es algo normal para los seres humanos y por supuesto de suma importancia entre muchas de nuestras necesidades, tal vez por ello nadie de nosotros nos ponemos a analizar al menos unos minutos de nuestras vidas, "¿qué sucedió mientras dormía?" el promedio de horas que alguien debe dormir es de 7 a 8 horas, o al menos eso es lo que recomiendan la mayoría de médicos, por supuesto la mayoría de nosotros por nuestro día a día o por otras situaciones no somos capaces de cumplir con ese lapso. Por otra parte, al dormir te olvidas de todo lo que viviste aquel día, logras liberarte algún punto de aquellos pensamientos que rondaban por tu cabeza por todo el día, y mucho menos piensas en los demás, en tus amigos o miembros de tu familia pues tu cerebro se está preparando para que tú puedas relajarte y desprenderte de esos pensamientos, incluso de regular la circulación de la sangre en tu cuerpo al igual que tú respiración es calmada. En esos momentos te encuentras sumergido en ti mismo e incluso logras olvidar por esas horas lo que te rodea, por su puesto eso es normal, sin embargo, ¿Qué pasaría si alguna vez duermes y al despertar te enteras que pasaron días en que no despertaste, incluso semanas, meses o años? Lo primero sería asustarse y sentirse confundido, "¿qué fue lo que pasó durante todo ese tiempo? ¿sigo teniendo la misma edad? ¿mi familia sigue siendo la misma? ¿alguien se fue en ese tiempo? ¿alguien regreso en ese tiempo?", cualquiera haría un millón de preguntas e incluso tratar de acoplarse nuevamente al tiempo transcurrido.

Nunca podía imaginarme que una vez cerrando los ojos y al volver a abrirlos me encontraría a mí mismo en una cama de hospital, con el único sonido visible de las máquinas al lado de la cama, volviendo a escuchar mi respiración contra la boquilla del oxígeno y abrumarme por la intensidad de aquellas luces blancas, las cuales suelen ser más intensas por aquellas paredes completamente blancas y frías.

"¿No me encontraba dormido simplemente? ¿cómo llegue aquí? ¿Qué me sucedió?" aún recuerdo como de inmediato mi mente se lleno de preguntas tras preguntas, sobre todo abrumándome el saber que nadie podría resolverlas, no por lo menos en ese instante.

Un ligero dolor en el pecho me obligó a quedarme recostado aún mientras lograba apenas mover mis manos, las cuáles parecían estar entumecidas, como si no me hubiera movido en un largo tiempo y ahora subconscientemente trataba de tocar y sentir algo de aquella superficie acolchada, como si mis dedos quisieran recopilar información y poder reconocer aquella superficie. Aquella sensación de sentirse perdido al no reconocer tu alrededor provocó que el pánico se apoderara de mí, incluso sentí como mi respiración se agitaba por la desesperación de querer decir algo, al menos la palabra más corta, sin embargo nada podía salir de mis labios, parecía como si me hubieran inyectado alguna sustancia analgésica para dormir los músculos.

A pesar del pánico que sentía en ese momento logre distinguir un sonido; la puerta de aquel cuarto abrirse después de que la perilla se girara. Al sentir mi cuello dormido apenas logre mover un poco la cabeza hacia ese lado, sólo para encontrarme con la imagen de una mujer delgada en su cuarenta años, su cabello rizado y pelirrojo estaba recogido hacia atrás con una liga, así dejando ver un rostro que expresaba cansancio y preocupación, sin embargo lo que más me impacto fue el ver que sus ojos azules similares a dos zafiros reflejaban una profunda tristeza, fue entonces cuando esos mismos ojos se encontraron con los míos y brillaron como dos hermosas piedras gracias a unas lágrimas que comenzaban a formarse entre ellos.

-¡Hijo!-Con ese grito algo en mi mente logró hacer "click" y fue entonces que reconocí a aquella señora, quien se acercó casi corriendo hacia mí.

"Madre". Dije en mi mente, pues a pesar de querer expresarlo aún no podía salir nada de mi boca. Sin embargo al sentir sus brazos acurrucar con delicadeza y amor mi cara contra ella, todos aquellos sentimientos abrumadores se esfumaron.