Alexa miró su plato sin apetito. La comida de la cafetería era buena, pero solo si eras un perro. Muy pocas veces a las cocineras les salía algo sabroso con lo que los alumnos no pusieran cara de asco.
Lo apartó un poco y tomó un sorbo de su lata de limonada. Su novio tampoco ha probado bocado.
-¿Por qué no comes nada?
-Supongo que por la misma razón que tú. Esto ni siquiera parece una hamburguesa.
-Ah, ¿qué se suponía que era hamburguesa?- ambos rieron sin mucho ánimo.
Alexa se acercó más a Kiko y apoyó su cabeza en el hombro del chico, este le pasó un brazo sobre los hombros. Estaban sentados en una mesa apartada del resto. En el otro lado de esta estaban Lara y Sandra, las amigas de Alexa.
Todo estaba bastante tranquilo hasta que se oyó un fuerte ruido de algo metálico callendo al suelo y alboroto entre varios alumnos. Cuando Alexa miró hacia el lugar del que provenía vio una bandeja en el suelo y varias personas alrededor intentando arreglar el estropicio.
-Seguro que ha sido alguna patosa de primero.- Dijo una de las amigas.
-Si seguro. -Alexa no estaba muy segura, pero le quitó importancia y se abrazó más a su novio.~~~
¿Por qué todo le pasaba siempre a ella? No hacía más que hacerse esa pregunta. Si no era que llegaba tarde o que casi la atropella una moto, era un maldito accidente en la cafetería. Y no solo un accidente cualquiera, si no este.
Cómo podía ser tan estúpida como para tirarle comida a alguien encima. Y no a cualquiera, si no a él. ¿Por qué él?
Estaba avergonzada. Pero a él parecía no importarle. Estaba sonriendo como siempre hacía, y no parecía enfadado.
-En serio, lo siento, soy una despistada. De veras que lo siento mucho.- No hacía más que repetir aquellas palabras.
-Tranquila, no es para tanto.- Le había ayudado a recoger mientras que sus ojos azules como el mar no dejaban de mirarla. - No es la primera vez que me pasa.
-Yo podría decir lo mismo.- Elisa se sonrojó un poco cuando sus ojos hicieron contacto.- Siento lo de tu camisa.
-No importa, de todas formas mi hermana quería que la tirase.- Y otro segundo sus miradas se cruzaron. Sonrojada, Elisa apartó la mirada.
Ya no había nada que recoger así que la chica cogió su bolso, se lo echó al hombro y tímidamente se despidió del chico. Él le dedicó una breve pero dulce sonrisa. Entonces ella se dio la vuelta decidida a salir de la cafetería, pero recordó que se había olvidado su archivador en un banco cerca del impacto. "Esto ya no puede ir a peor", dijo para sus adentros. Dio media vuelta a por su archivador y a penas con tiempo para reaccionar, vio como el impacto era inevitable. Unos segundos después estaba empapada de limonada y todo el comedor, observándola con las bocas abiertas, a punto de estallar en risas y cuchicheos. La persona que impactó contra ella era una chica muy guapa, con el pelo largo a un lado y unos ojos azules intensos mirándola con culpabilidad.
-Madre mía! Lo siento muchísimo.- La chica intentó quitarle la limonada con un pañuelo, pero eso no iba a funcionar.
Elisa seguía allí, paralizada y muda. ¿Por qué todo le tenía que pasar a ella? No podía dejar de pensar, ¿por qué a mi?
Al final consiguió articular algunas palabras como "No es nada" y "No es para tanto" y miró su archivador en el fondo de la sala. No era el mejor momento de ir a por el, así que, con mucho esfuerzo, dio media vuelta y salió por la puerta. Se metió en la última cabina del baño de las chicas de la primera planta, tiro sus cosas al suelo y, sin poder evitarlo, se echó a llorar.
"Ahora ya si que no puede ir a peor" pensó.~~~
Alexa se dirigió a la mesa del fondo y recogió un archivador negro. Se había dado cuenta de que la chica a la que le había tirado la bebida encima lo miro con mucha tristeza en los ojos y pensó en que seguramente a la pobre le daba vergüenza ir a por el en aquel incómodo momento, así que lo recogió por ella. Después salió de la cafetería y se dirigió a su taquilla y saco una bolsa de ella y se encaminó al baño de las chicas. Por algún lado tenía que empezar a buscar.
Cuando entró en el baño de chicas de la primera planta pudo oír unos tímidos sollozos que provenían del fondo del baño. Se acercó a comprobar si era la chica a la que había humillado sin querer. Le hacía sentir muy mal y tenía la necesidad de arreglarlo.
-Oye, lo siento,- dudó un momento, luego continuó, mas calmada- Soy la que te ha echado limonada encima.- La persona dentro de la cabina no respondía. Alexa pensó que no sería ella, pero quería volver a intentarlo.- Mira, no era mi intención, además, te traigo tu archivador. - Alexa se agachó y pasó el archivador por la pequeña abertura por debajo de la puerta.
-Gracias. -Apenas podía oírlo, la chica de detrás de aquella puerta no quería que la vieran, eso estaba claro.
-También te traigo algo más.- Alexa abrió la bolsa que había sacado de su taquilla y de allí sacó una camiseta de color púrpura. La paso por debajo también.- Espero que te quede bien.
-No me queda muy bien el púrpura en realidad.- Esta vez se la había oído alto y claro.
Alexa no pudo evitar reírse un poco.- Lo siento, no tengo nada más.
-No importa, gracias de todas formas.- La chica de la cabina cogió la camiseta.
Alexa se levantó y se puso a un lado, esperando a que la otra chica saliese. Un par de minutos después esta salió con la camisa de Alexa puesta.
-Te queda genial.
-No, no es verdad.
-Oh venga, no digas eso, te queda bien, y ven aquí te voy a dar unos pañuelos para que te seques los ojos.- Empezó a buscar en su mochila. -Por cierto, me llamo Alexa y de veras que lo siento mucho.
-No es para tanto.- La chica se sonrojó un poco.- Yo soy Elisa.
-Encantada- dijo Alexa tendiéndote los pañuelos a Elisa. Esta los cogió y se acercó al espejo para arreglarse el maquillaje destrozado.
Elisa le dedicó una sonrisa, y a Alexa le pareció ver un poco de alegría en los ojos de Elisa, pero esta se esfumó inmediatamente. Se notaba que aquella chica lo había pasado mal durante muchos años y, en ese momento, Alexa decidió que quería ayudarla a sacar más sonrisas como aquella.
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Blanco y Negro
Ficção AdolescenteDos chicas,un destino. Una llena de luz, la otra de oscuridad. El destino las pone en el mismo camino y su vida cambia. Cada una cambia a la otra. Muchos problemas y dificultades las hacen más fuertes. Y se convierten en lo que ellas siempre han que...