No importa

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Era el primer día de escuela para el adolescente Jungkook. Se levantó a las siete de la mañana y preparó sus carpetas y libros para ponerlos en  su mochila. Se duchó y, por último, se puso su uniforme escolar.

Salió de la casa y en el camino al colegio se peinó con sus manos. Le iba bien últimamente, había ganado una beca.

Era un día calido en invierno, las hojas del otoño iban desapareciendo de a poco,  dejando ver las ramas desnudas de los árboles.

Nunca se dió cuenta que una sombra lo seguía a la distancia, pues, siempre llevaba puesto sus auriculares blancos a donde sea que vaya, no le importaba su alrededor.

Taehyung cursaba el último año de secundaria. Vió crecer a Jungkook a escondidas. Quería ser su amigo, pero no podía relacionarse con la familia Jeon. Durante un tiempo, cuando tenía diez, habían muchos rumores sobre el pequeño  en el vecindario, y el hecho de que no saliera de su casa seguido hacían que estos sean más fuertes. Con el tiempo se calmaron, pero la vida del niño azabache, ahora adolescente, empeoraba.

El mayor perdió con su vista al azabache, más el ruido de un freno de un auto lo puso en alerta.

Taehyung se encontraba al lado de la persona que lo empujó, en el piso. Jungkook le salvó la vida.

-Perdón, me tengo que ir.- Susurró el azabache sin levantar su mirada; sacudió su uniforme y estrechó su mano para ayudar a levantar a Taehyung.

-Rara la coincidencia que siempre me tengas que saludar así.

-¿Disculpa?

-¿No me recuerdas?

-Lo siento, pero en verdad llego tarde, y creo que vamos al mismo colegio, así que deberíamos apurarnos.

- Vayamos juntos, Jungkookie.- Al decir ese nombre, el azabache levantó su miraba y sus ojos chocaron con el mayor.

«Es Taehyung»

No había visto a ese chico desde hace años, y se sorprendió al recordarlo. Era más alto y tenía el pelo más largo y con pequeños rulos.

"¿En serio es el mismo niño que me empujó en la hamaca?, ¿por qué nunca más volvió a hablar conmigo?. ¿Se habrá mudado y por eso no me visitó?"

-Apúrate, que estás chiquito, no debes llegar tarde, y esas piernas no se moverán solas-  Habló Taehyung con su sonrisa cuadrada, agarrando la mano de Jungkook mientras lo arratraba hasta la escuela.

-Perdón por empujarte, pero estabas parado sin moverte.

-No importa, si no fuera por tí, no estaría aquí ni nos abríamos cruzado.

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