『Un amor, dos amantes trágicos en medio de un infierno llamado guerra que no pudieron consumar su lazo romántico porque no tuvieron un final feliz, pero una promesa por parte de ambos hizo que sus destinos se entrelazaran en 𝙤𝙩𝙧𝙖 𝙫𝙞𝙙𝙖.
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ＥＲＥＮ.
Estaba tan agotado, estudiar medicina se ha vuelto un lío más grande de lo que había siquiera imaginado, recuerdo con claridad las palabras que me dio mi padre antes de entrar a la universidad.
"Solo es cuestión de poner de tu parte, poner atención y ser responsable, tampoco es tan pesado ni tan complicado, verás que se hará más fácil de lo que piensas hijo, todo estará bien."
Puras mentiras, estoy hecho polvo, me veo como la mierda, si duermo mas de 3 horas es suerte, y en estos momentos estoy quemandome las pestañas y las neuronas tratando memorizar el libro de anatomía, sus conceptos y sus formas, carajo, por lo menos después me pagarán muy bien.
— Eren... Amigo, son las dos de la madrugada ¿todavía estas estudiando?.
¿Que crees que hago Armin?, ¿Jugar al Clash Royale?, increíble.
— Si... Terminó de estudiar el libro de anatomía. - respondí.
Armin se levantó de su cama para sentarse a mi lado, en el escritorio, me quito el libro de las manos y empezó a leer brevemente la página marcada.
— Hum... Interesante, ahora ¿porque sigues estudiando a estas horas si te dieron dos meses para memorizarlo?. — me dedicó una mirada severa, sabía por dónde iba esto.
— Porque... Había estado ocupado con otras cosas.
— Eren, Emily te había quitado demasiado tiempo cuando estaban juntos, y enserio no sabes como me alegra que hayan terminado, pero ahora ahí tienes las consecuencias por decidir salir con una chica que se enfadaba cuando querías cancelar unos planes porque tenías que estudiar, y siempre decía «¿Es que ya no tienes tiempo para mi?, ¿tantas horas para estudiar?, eso es una excusa para no pasar tiempo conmigo ¿cierto?» — trato de imitar el tono de voz de Emily, cosa que me hizo reír. — Y ahora lo que tengo que decirte es que dejes las relaciones por un tiempo, o por lo menos que encuentres a una buena mujer que no sea... Como tus antiguas parejas, enserio, por favor, todas son un asco en ese ámbito, sin ofender. — ríe.
Bueno, no sería Armin alias "Cabeza de coco" o "Nerdaso ricitos de oro" si no me diera un sermon en una situación como esta, y la verdad lo agradezco mucho.
— La verdad es que... Tienes razón, gracias de verdad, es más, deberías golpearme por ser tremendo imbecil. — sonreí.
Mi sonrisa desapareció cuando sentí un golpe en el hombro.
