『Un amor, dos amantes trágicos en medio de un infierno llamado guerra que no pudieron consumar su lazo romántico porque no tuvieron un final feliz, pero una promesa por parte de ambos hizo que sus destinos se entrelazaran en 𝙤𝙩𝙧𝙖 𝙫𝙞𝙙𝙖.
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La azabache se quedó atónita por la pregunta de él chico, sin saber qué contestar mientras su pulso se aceleró aún más.
— Lo siento, es una pregunta estupida... — se disculpo el más alto riéndose con nerviosismo.
— ¡Eren, date prisa!. — una voz masculina a lo lejos lo llamó con un grito.
El castaño se vio molesto volteandose a esa dirección, suspiro y volvió a mirarla.
— Hasta luego. — se despidió con una sonrisa y el gesto con la mano.
Mientras caminaba hacia su amigo dio una última mirada fugaz llena de curiosidad y un sentimiento que ni él mismo podía explicar con palabras.
— La conoces?. — le preguntó quién lo había llamado.
— Primero, ¿qué mierda te sucede al estar gritando por los pasillos? Pedazo de anormal. — le pego un pequeño golpe en la nuca con la palma de su mano.
El de ojos miel le devolvió el golpe pero en el hombro.
— Ya calmate Jean. — solto una risilla.
— ¿Calmarme? ¿yo?, el que debería calmar su mal genio eres tu, ¿o que? ¿Te molesta que haya interrumpido la conversación con esa chica?, Eren. — le pego un ligero codazo en forma de burla.
El mencionado solo volteo los ojos con una sonrisa de lado.
— Ahora, responde lo que te había preguntado, ¿la conoces?. — le vuelve a preguntar Jean.
— No...
— Es muy linda. — afirmó mirando hacia la dirección de ella mientras tomaba un sorbo de su jugo de caja.
— Oye... ¿No te habían rechazado la noche anterior? . — solto el ojiverde abrazándolo con un brazo por sus hombros.
— ¡Callate Jeager!. — le responde con irritación.
El mencionado solto una carcajada al aire, burlándose.
Se empezaron a alejar de él lugar entre burlas y bromas.
Mikasa estaba en su mismo sitio, apenas se había ido el ojiverde dio media vuelta para retomar su camino, pero no pudo proseguir porque una tristeza extrañamente repentina la invadió de pies a cabeza, un dolor en el pecho se hizo presente mientras su pulso se aceleró exageradamente sintiendo que su corazón se le iba a salir por la boca, sentía un nudo en su garganta que no podía explicar.
[Eren...] — le susurro su subconsciente.
«¿Que?... Que es esto?... ¿¡QUE ME ESTA PASANDO?!, ay no no no, que me sucede?... ¡Mikasa no seas estupida y muévete!, pero... ¿Que mierda sucedio?...» —se preguntaba en sus pensamientos.
— Eren... — repitió en un susurro para así misma mientras una lagrima caía de su ojo izquierdo. — ¿Quien... Eres?...
Respiro lo más ondo que puedo y se decía a si misma "Trata de tranquilizarte" una y otra vez hasta que lo logró, cuando se dio cuenta que sus mejillas fueron mojadas por las lágrimas que no quiso derramar, por alguna razón le irritó, se limpio la cara con sus manos y por fin se movió a paso rápido con su libro en manos.
