En un mundo donde los gigantes reinaban no había espacio para un pequeño ser.
Kim Taehyung, un pequeño ser de 1.80 metros que despertó a la orilla del mar no sabiendo como llegó al lugar.
Jeon Jungkook, un gigante de 9.80 metros de altura, un gigant...
- Vamos Jin, no tenemos tanto tiempo.- Apuró.- Recuerda que los de dinero pasan por el mercado temprano.
- Nos hubiéramos alistado antes si alguien no hubiera insistido en seguir en el lago.- Dijo, mirando con sarcasmo al otro.
- Es igual, de todos modos casi no vendemos nada nunca.- Habló de manera triste.
- Te prometo que venderemos algo mañana Hobi.- Lo abrazo.- Y con eso compraremos una rica cena.
- ¿Y si no compran nada?, no quiero tener que volver a obligarme a dormir para olvidar el hambre.
- Mañana será diferente, ya verás. Siento como si hubiéramos sido bendecidos.
Hoseok rió.- Fue bendecido el día que te conocí.
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Es fascinante como con algo tan pequeño puedes hacer un gran cambió. Y eso fue lo que hizo la conversación del gigante Jin y el gigante Hoseok, un gran cambió.
Taehyung había escuchado cada palabra el día anterior. Y con ésto, su decisión de irse para buscar su propia libertad había sido interrumpida.
El rubio no había tenido el corazón para irse. Su pequeña cabeza había pensando en la posibilidad de que si él fuera vendido, lo gigantes tendrían comida para así no obligarse a dormir con hambre.
Aquella noche había pensando mucho el hecho del como sería vendido y que posibilidades tendría de vivir.
Cuando escucho que ambos gigantes habían ido a dormir, se salío de la casa para poder salir a penar. La noche que había encontrado al gigante Koo.
Mierda, durmió pensando en él y en cómo su gigante se sonrojaba a la luz de la luna. Pero cuando entró en pánico decidió irse. No podía sólo encontrar un amigo y al siguiente día ser vendido.
Porque sí, había decidido dejarse vender.
Es así que esa misma noche, regreso a la casa de los gigantes para entrar en su caja y esperar el día.
Es por eso que ahora esta aquí, en una jaula de su tamaño en medio de un mercado.
Escuchaba que varios se habían acercado a preguntar por él, pero nadie tenía dinero suficiente para comprarlo y, aunque suene egoísta, agradecía eso.
- ¿Qué es eso?.
- Es una...
De verdad que Taehyung se esforzó en escuchar aquello, de verdad se esforzó en escuchar que era, pero simplemente no pudo.
- ¡Esa maldita cosa no vale tanto! - Exclamó el señor de avanzada edad.
- Lo siento si no le agrado el precio, pero de igual manera le pido que si no tiene el dinero para pagar por favor váyase.- Habló Hoseok.
- Yo quiero al pequeño.- Habló una tercera voz.
Taehyung volteó rápidamente gran sorpresa se llevó.
