En un mundo donde los gigantes reinaban no había espacio para un pequeño ser.
Kim Taehyung, un pequeño ser de 1.80 metros que despertó a la orilla del mar no sabiendo como llegó al lugar.
Jeon Jungkook, un gigante de 9.80 metros de altura, un gigant...
Todo era silencioso, pues al ser las seis de la mañana la mayoría de personas aún dormían. Y claro que también el pequeñito Tae y el gigante Koo.
Pequeños besitos eran dados en las mejillas de Jungkook, y éste al sentir esos toques abrió lentamente los ojos ya sabiendo de quien se trataba.
- Tengo hambre.
- Buenos días también para ti, pequeñito.
- ¡Ya! Enserió tengo hambre.- Se quejó Taehyung.
Jungkook sonrió con cariño y con su dedo y cuidando de no empujar al pequeño, comenzó a acariciar el cabello del contrario.
- Tranquilo, haré cualquier comida que me pidas para ti.- Sonrió.
- ¿La que quiera?
- La que desees.
Taehyung sonrió y se acercó al contrario para así estar cerca de sus labios.
- Haz la que quieras, solo hazme comida.- Dijo, para después posar sus pequeñitos labios en los de Koo.
Una vez se separó, Jungkook habló: - Te quiero tanto pequeñito...
- También te quiero a ti.
Y esas eran sus rutinas de mañana.
Ahora el gigante Koo ya no despertaba solo y deprimido; ahora despertaba con muchos besos en su rostro y tal vez en sus labios.
Ambos habían comenzado a darse besos amistosos, pero al pasar del tiempo todo eso fue en aumento, claro que nada pasado de todo, solo besos.
Ni siquiera ellos sabían lo que tenían, pero muy dentro de ellos esperaban pacientemente el día en el que pudieran decir: "el es mi lindo novio".
El pequeñito había decidido quedarse, pues después de todo, no tenía a nadie y, el gigante Koo no ayudaba en nada complaciendo sus caprichos y consintiendolo en cada momento.
Taehyung había hablado con Jungkook y éste encantado había aceptado que se quedase. Claro que eso fue ya hace dos meses.
Ambos habían estado conviviendo muy bien, en ocasiones tenían algún altercado pero nada que no pudieran arreglar.
- Tae, ¿Quieres mermelada de fresa o de uva? ¿Tae? ¿Pequeñito? ¡Taehyung!
- ¿Qué quieres?
- Te estaba hablando y ni siquiera me hiciste caso. Llevas días así y ni siquiera me tomas en cuenta para hablar.
Koo dejo las cosas en la mesa y fue hacía su pequeñito y lo tomó entre las manos.
- ¿Qué es lo que te preocupa mi lindo amorcito?
Tae levantó la mirada y entonces por fin Jungkook se dió cuenta de las lágrimas que escurrían por sus mejillas.
- ¿Por qué soy así?
- ¿Cómo?
- Pequeño y anormal. A veces cuando salimos muchos se me quedan viendo con asco y aunque trato de disimular ya no puedo soportar ésto. Quiero ser como tú y poder hacer cosas por mi solo. No quiero que un día te canses de hacer todo por mi y simplemente me dejes.- Lloró.
- Mi bonito, no tienes que sentirte así, jamás te dejaría.- Con cuidado tomó la manita de Tae con su dedo.- Y no importa que seas pequeñito, eres simplemente hermoso. Jamás te dejaría por estar con alguien común. Me gustas porque eres especial, porque eres tú.
- Koo...
- ¿Recuerdas cuándo te pregunté de dónde venías y me contestaste que venías del mar? - Taehyung asistió.- Pues yo creo que si vienes de ahí, de las bonitas flores que están a la orilla del mar; me imagino que naciste de una, porque solo un ser tan bonito y tierno como tú nacería en una flor tan pura y hermosa.
El pequeño Tae no soportó más y se lanzó a los en el pecho del otro, trantando de rodear a Koo lo más que podía pues sus pequeñitos brazos impedían el abrazarlo por completo.
- No me dejes...
- Jamás lo haría mi pequeñito.
Y así, ambos estuvieron abrazados
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Ambos chicos caminaban por la orilla del bonito mar, o al menos Koo lo hacía pues Tae iba sentado en su hombro.
- ¡Espera!, ¡Es aquí!
- ¿Aquí?
- ¡Sí!, vamos bajame.- Dijo, mientras sutilmente golpeaba con su manita el hombro de Jungkook.
El pelinegro hizo caso y lo tomó entre sus manos para así bajar al pequeñito a la arena del lindo mar.
El rubiecito camino lento hacía unas flores que había cerca y pronto comenzó a llorar.
El había despertado ahí.
Pronto, Jungkook se sentó a su lado y comenzó a acariciar su cabello con su dedo.
- Está bien, tranquilo.
Taehyung siguió caminando y poco a poco se acercó a bonita flor margarita que había ahí.
Jungkook la miró de igual manera, era tan delicada, tan elegante y tan bonita, pero lo que más resaltaba es que era pequeñita; tal como su amado Taehyung.
- ¿Tae? - Se escuchó decir.
Rápidamente el pequeñito regreso hacía Koo, para después ver como salía una pequeña personita tal como él.
- ¡Tae eres tú!
El pequeñito no espero tiempo y se lanzó a los brazos de Taehyung.
- Tae, cuando vine a verte ya no estabas, yo de ver no quise dejarte solo...- Sollozo el pequeño.
- No se quien eres...- Dijo el rubio, tratando de alejarse un poco del otro.
- Soy el encargado de cuidarte Tae...
- Si me conoces por favor dime, ¿qué soy?, nosotros somos así y mira a él, es un gigante.
- Tae...- Suspiró.- Somos hadas.
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