¿Quién dice que el dinero te convierte en una mala persona? Esa es la lección que Seungmin está a punto de aprender mientras se adentra en el mundo de los negocios junto a su nueva socia, Minha. Pero ella es mucho más que una niña caprichosa con una...
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Capítulo 1 El acuerdo.
Miré atentamente el cuarto desordenado de mi hermana mayor, estaba durmiendo como una roca, boca abajo y se podía ver el líquido de la baba abandonando su origen, hice una mueca asqueado por eso, agarrando un cojín lanzándoselo, de inmediato, se sentó en su cama viendo por todos lados aterrada. Era lo que debía de estar sintiendo debido a que estábamos llegando tarde a la universidad, debía de llevarme porque después tenía que irse a trabajar, sabía que era mala idea vivir con ella, hubiese aceptado la propuesta de mis amigos en irme a vivir con ellos, no me importaba tener que aguantar los ronquidos de mis amigos.
«Mmh...»
En definitiva no aguantaría los gemidos que soltarían cada vez que lleven a alguien, creo que es mejor sufrir la irresponsabilidad de mi hermana que soportar aquello de mis amigos, en definitiva. Luego de un grito de parte de mi hermana, echándome la culpa por no despertarla temprano, salí de su habitación, fui a la cocina terminando de desayunar mientras esperaba a Seungyeon, la cual está enloquecida. Echaba gritos, hablaba sola, aventaba ropa por todos lados, entre que seguía hablando en un idioma que no llegaba a entender bien. Sin embargo, ella sale del pasillo con una mano en su pie, donde veo que se está colocando uno de sus altos tacones negros y se sostenía por la pared crema, me pare de la silla, entregándole un tazón de cartón que contenía fideos instantáneos, ya que a eso llegué con el dinero que tenía, gracias al restaurante donde trabajaba como mesero.
Seungyeon me miró por unos segundos con sus ojos brillosos como si fuese que se estaba disculpando por su irresponsabilidad, pero podía entenderla, solo quería irme a la universidad, después debía de irme a trabajar. Cuando llegamos al establecimiento donde yo me encontraba estudiando la carrera de leyes, gracias a que mi padre se dedicaba a eso.
Claro, antes de que haya enfermado. Estudiaba esa carrera más que nada porque a él le hubiera encantado que siguiera sus huellas. Mi hermana me lanzó una media sonrisa, una señal silenciosa de que era hora de que bajara de su automóvil. Le expresé mi gratitud por el viaje y salí del vehículo.
Apenas mis pies tocaron la acera, me lancé a un trote apresurado a la universidad. Algunos estudiantes me miraban con expresiones desconcertadas, mientras que otros se reían entre dientes. Probablemente, no era la primera vez que me veían llegar tarde, y esperaba fervientemente que el profesor no decidiera reprenderme nuevamente. Por alguna razón, al profesor Lee le encantaba gastar su tiempo regañando a los estudiantes de bajos recursos. Esa información la había obtenido de uno de mis mejores amigos, cuyo padre era amigo del profesor. Por eso sabía que a Lee no le agradaban las personas que él consideraba marginales, como nos etiquetaba por no compartir su mismo estatus social.
Estando a pasos de llegar al tercer piso, me encuentro a uno de mis amigos que también está llegando tarde a sus clases, éste estaba con una sonrisa divertida, a él no le importaba el llegar tarde o no, su madre es la Directora del establecimiento, digamos que gracias a la Señora Bang aún no me hallaba afuera de la universidad. No obstante, algo me decía que solo estaba buscando las palabras adecuadas para decirme que debía de pagar las deudas, eso no sería así sí mi madre recordara que tiene dos hijos en Seúl, ella se fue a Busan a buscar algún trabajo que podría ayudarnos con las deudas que ella misma ha ocasionado.
