T/n no es una chica común y corriente, ella al igual que la mayoría de las personas tiene poderes, este hecho ha llevado a la sociedad a tomar medidas para que no hagan mal uso de estos.
Cierto día T/n ingresa a la escuela, la UA, donde tendrá que...
Después de haber entrado e instalado sus pertenencias en la casa que ahora era de ella, fue al comedor para desayunar, en el trayecto chocó con una persona que al ver a T/n empezó a temblar, a lo cual T/n lo pudo percibir, ella supuso que era nueva en ese trabajo por lo cual era entendible su reacción al chocar con la que es la dueña del lugar.
-¿Estas bien?- dije con amabilidad.
-¡Disculpe mi error!- dijo asustada haciendo al mismo tiempo una reverencia.
-¡Wow! Tranquila, no te haré nada- dije sorprendida ya que estaba más asustada de lo que me había imaginado.
La joven mucama alzó la vista con los ojos llorosos, pero al ver la expresión de la señorita completamente calida dejo de temblar.
-Descuida, fue mi error, estaba perdida en mis pensamientos y yo choque contigo- dije con una sonrisa- Así que perdón si te lastimaste- hice una pequeña reverencia.
-¡Detengase señorita, no tiene por qué disculparse!- dijo sorprendida y algo sonrojada por mi reacción.
-Esta bien, sería de mala educación no haberlo hecho- dije amable.
-Disculpe, es solo que estaba muy nerviosa por su llegada- hablo más tranquila.
Después de charlar un poco con ella y aclarar algunas cosas ambas se marcharon a realizar lo que debían hacer, saliste al jardín trasero de la mansión y encontraste una mesita con comida y jugo, en verdad disfrutabas las comidas al aire libre, te sentaste y comiste todo, una vez terminaste unas mucamas y un mayordomo limpiaron todo, cuando miraste hacia las montañas un recuerdo invadio tu mente.
-Vamos cariño, se nos hará tarde- dijo tu madre algo apresurada.
-¡Papá! Corre, llegaremos tarde al festival- mientras dabas saltitos.
-¡Bien!, Ya está todo listo, Vamos princesa- dijo mientras te alzaba lo más alto en sus brazos
Salieron de la casa y subieron a un auto, tu padre era quien manejaba mientras tu madre hacia de copiloto y tú estabas sentada en el centro del asiento trasero. Después de unos minutos llegaron al festival, bajaron del auto y tus padre te tomaron cada uno de una mano, mientras sonreias de la emoción al ver las luces del festival.
