CLOVER LOVE (Yuno x Oc) - Black Clover

Clover Love 005

Capítulo corto

El examen dio comienzo, cada aspirante sobresalía a su manera en las diferentes pruebas; la primera fue volar sobre una escoba, las siguientes pruebas fueron: Prueba de poder mágico. Prueba de control de poder mágico. Prueba de magia de creación. Prueba de magia de evolución. Y al final una serie de combates.

Para este último cada uno escogía con quien batirse a duelo, tanto Shamyra como Yuno habían resaltado en las pruebas anteriores, y ambos fueron retados por jóvenes nobles, Shamyra por la chica que la llamó plebeya en la entrada del recinto.

— ¡yo soy Eleonor Vlammend y aquí mismo te derrotare! ¡te mostraré la diferencia entre la nobleza y plebe! — el combate de Yuno había sido antes que el de ella, por la mente de Shamyra pasaba una sola cosa

"¡¿Que tienen los nobles con sus presentaciones?! ¿enserio es necesario?"

La rubia frente a ella se mostraba orgullosa, se sentía superior a Shamyra. ¿Por qué los nobles eran así? Si tuvieron la suerte de nacer en una familia con prestigio deberían estar agradecidos y no menospreciar a los que no lo hicieron. Si eran nobles era por pura suerte no porque lo merecieran.

Eleonor sacó su grimorio, este cambio de página hasta detenerse en el hechizo que utilizaría.

— Magia de Creación de Fuego: Ave Fénix — dijo la noble y al instante dicha criatura apareció y fue directamente hacia la "pelinegra"

Shamyra no se inmutó ni por un segundo, cuando era niña se enfrentó a ataques de fuego peores a ese, solo basta con preguntarle a la hermana del capitán Fuegoleón para confirmarlo, sus llamas si que quemaban.

La princesa tomó su grimorio, buscó el hechizó adecuado y lo lanzó sin titubear.

— Magia de Creación Lunar: Domo Lunar

Un domo de tonos blancos traslúcidos se formó en todo el campo, este fue encogiéndose poco a poco, dejó pasar a Shamyra y atrapó tanto al fénix como a la rubia en su interior.

— ¡¿pero que...?!

La noble volvió a lanzar otro ataque contra las paredes del domo en un intento de romperlo pero nada funcionaba. Para Shamyra era hora de acabar con el combate.

— si decides rendirte no haré nada más, pero si quieres seguir luchando te acabaré — como ya lo esperaba, ella no se rindió — como quieras. Magia de Creación lunar: Mariposas de la Luz de Luna

El domo se desvaneció y al segundo mariposas de tonos descoloridos rodearon a la usuaria de fuego, estas formaron un torbellino que elevaron a la rubia, al desvanecerse la dejaron caer, estaba inconsciente y con varios cortes en su cuerpo; las mariposas creadas con este hechizo son hechas de luz lunar, sus alas son filosas y cortan todo lo que tocan.

Shamyra se acercó a su rival derrotada, extendió su mano hacia su cuerpo y...

— Magia de curación lunar: luz de luna — una luz blanca cubrió todo el cuerpo de la rubia y sus heridas empezaron a sanar, varios de los presentes se sorprendieron, la chica debía ser muy habilidosa para controlar magia de ataque y de curación, bueno, hubo uno entre los capitanes que no se sorprendió en cambio su rostro mostraba algo de molestia hacia la "pelinegra" y hacia la supuesta princesa que tenía a un lado.

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Las pruebas concluyeron, y era hora de saber quienes serían aceptados como caballeros y quienes no. Llamaban a uno y enseguida se iba al no recibir mano levantada alguna de los capitanes, fue así hasta el número 71, los siguientes pasaron, unos felices por ser aceptados y otros no, llegó el número 164, Yuno, quien recibió la mano levantada de todos los capitanes; dejando sorprendidos a todos los aspirantes; pero su meta era llegar a ser Rey Mago, debía tomar el mejor camino.

— mi decisión es la de unirme al Amanecer Dorado

El siguiente fue Asta, el número 165, el peli-gris se negaba a rendirse ante las recientes palabras, "sin manos", no podía aceptarlo y gracias a que no lo hizo y enfrentó al capitán de los Toros Negros, logró unirse a una orden, los Toros Negros.

Siguieron llamando hasta llegar al número 169, Shamyra, avanzó con seguridad al frente, se paro recta esperando el veredicto. No era algo que esperaba, todos los capitanes tenían la mano en lo alto, todos menos el capitán de Amanecer Dorado, quién ya había descubierto su intercambio.

— yo...elijo unirme unirme a los Leones Carmesí, será un honor trabajar bajo sus ordenes Capitán Fuegoleón

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Extra

Una pequeña de pelos blancos caminaba de lado con su madre. Nerviosa por a quien iría a ver en ese instante.

Los guardias se inclinaron ante ellas y abrieron las grandes puertas bañadas en oro y decoradas con gemas.

— Su alteza — dijo un hombre en traje al lado de Augustus, el medio hermano menor de Clarisse — Es un gran honor conocerlas, soy Erick Sārige, y esta es mi hija menor, Erika

La pequeña se inclino con elegancia al igual que su padre, aunque no se le veían muy feliz de estar ahí. De hecho se la miraba molesta, algo que Shamyra notó a la perfección. Al ser ella la siguiente en asumir al trono, sus maestros le enseñaron a ocultar sus emociones cuando era necesario. Pero... ¿Por qué esa niña estaba molesta por estar en el palacio?

— Se han bienvenidos, por favor, pasemos a la sala de estar, Padre nos recibirá, charlemos...sobre esta maravillosa e inesperada visita — la princesa le dio una mirada a su medio hermano, ella no sabía de este encuentro, así que supuso que su padre, el Rey, tampoco lo sabría

— ¿Inesperada? — el líder de familia le dio una mirada confundida a Sir Augustus

El joven príncipe sin corona sonrió incómodo. Es verdad que había organizado esta reunión sin que su hermana se enterara, pero no esperaba que lo delatara.

La familia Sārige era influyente en el Reino a pesar de sus orígenes, si Augustus quería tomar el trono necesitaba apoyo.

La gran puerta se cerró dejando a las dos niñas ahí. La pequeña Shamyra de tres años abrazaba fuertemente el peluche en sus brazos y la pequeña Erika se quedó parada observando a la princesa.

— Padre trajo algunos bocadillos, ¿Te gustaría probarlos? — preguntó en voz baja

Shamyra miró hacia sus costados y también a sus espaldas. No había nadie más

— ¿Me preguntas a mí? — la princesa se señaló a lo que la noble asintió — ¡Si! — exclamó con un sonrojo

No era la gran cosa pero le gustó el hecho de que esa otra niña no la llamara por su título.

Ese día, Erika descubrió la enorme obsesión de la Princesa por las galletas con chispas de chocolate.