9: El primer gran juego de Quidditch

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– ¿Por qué no comes un poco? – le preguntó Ron a Harry mientras lo veía jugar con la comida frente a él.

Habían pasado unos días desde el incidente con el trol, y ninguno de los cuatro se había sentido muy animado hasta hoy. Hoy, por el contrario, era el primer partido de Quidditch de Harry e Isadora y sus amigos y la niña decidieron cambiar los ánimos por el equipo.

– Ron tiene razón, hoy necesitarás energía – le aconsejó Her.

– Pero no tengo ganas – respondió de mal modo.

Isadora frunció el ceño mirando al pelinegro. ¿Qué rayos le pasaba? Dirigió su vista a Ron, quien la miró encogiéndose de hombros sin saber qué le pasaba.

El llamado profesor Snape apareció detrás de Hermione y Ron mirando a la descendencia de sus antes vivos compañeros.

– Qué tengas suerte Potter – le dijo amenazante. Isadora lo miró de arriba a abajo con una cara de muy pocos amigos – Igual a ti, Black. Espero que no deshonres a tus hermanos y padres. Aún que luego de derrotar a un trol, un juego de Quidditch será pan comido, inclusive en contra de Slytherin – habló serenamente para darles un último vistazo a todos y luego irse.

– Eso explica la pierna – susurró Harry.

– ¿Pierna? – preguntó Her.

– Escuchen. Anoche imaginen que Snape trajo ese trol para distraernos y así evadir al perro de tres cabezas. Pero el perro lo mordió y por eso cojea – explicó.

– ¿Por qué querría acercarse al perro? – preguntó Isadora confundida.

– Cuando estuvimos en Gringotts, ¿Recuerdas que Hagrid sacó algo de ahí? Era un paquete, algo muy importante.

– Entonces dices que el perro está...

– Está cuidando eso – finalizó Harry firmemente yendo al punto – es lo que Snape quiere – sentenció.

Los tres se miraron confundidos ¿Harry estaba loco?

– ¡Es en serio! Solo piénsenlo

– Lo hago. Pero no tiene mucho sentido, la verdad – se excusó Isadora. Los otros dos niños asintieron de acuerdo con ella.

Harry rodó los ojos.

La lechuza blanca de Harry y otra del mismo color llegaron con dos paquetes iguales y una carta. Ambas dejaron caer los paquetes frente a nosotros, pero la carta se dejó caer en mi regazo.

Ambos tomaron las cosas confundidos. Lo primero que Isa vio fue la carta:

De: Kate Anderson.
Para: Maya Radne o Isadora Black.

– ¿No es temprano para el correo? – preguntó Hermione viendo algo confundida esa situación.

Harry se encogió de hombros también confundido.

– Yo jamás recibo nada... – dijo Isadora algo extrañada viendo la carta. – Es de Kate.

Her dirigió su vista rápidamente hacia su amiga para ver su reacción a la carta. Isadora sonrió muy entusiasmada. Estaba demasiado contenta de que se haya acordado de ella y haya dedicado tiempo para escribirle.

– ¿Kate? – preguntó Ron al ver la dedicatoria a lo lejos.

– Del orfanato – explicó vagamente la niña.

Ron asintió sin darle mucha importancia – Hay que abrirlas – dijo mientras tomaba el paquete de su amiga.

Juntos abrieron los dos paquetes para intentar descubrir qué había en su interior. Al abrirlas eran dos escobas marrón pulidas con detalles de oro y muy brillantes.

Por la leyendaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora