Estrella (18 años atrás)
<<¿Había algo mal en mí?>>
Yo creo que sí.
Era la típica niña rara y fea que todos odiaban, no tenía amigos. No sabía que significaba esa palabra y mucho menos sabía si en verdad les gustaban a los chicos. Más bien ellos huían de mí como si tuviera herpe, la última vez que tuve un amigo fue Fénix.
Uff, solté un suspiro en pensar en el bello, atractivo, encantador y dulce Fénix. El mejor amigo de mamá que por lo general era mayor de edad y si mi memoria no falla debía de tener sus 32 años y me imagino que debe estar como para chuparse los dedos en su momento de Sugar daddy.
No me importaba que el fuera mayor cuando yo tenía once años, pero es que lo sentí como amor a primera vista y solo por eso todavía sigo esperándolo. Quiero que él sea mi primer beso, mi primer novio y primer todo...
—¿Estrellita ya está lista?—el grito de mi madre hizo que dejara de pensar en el bombo de Fénix y me mirara de una vez en el espejo.
—No entiendo por qué huyen de mi.—susurré con lastima.
Ósea había sacado el pelo de mi madre rojizo, ojos grises y piel blanca. Estaba en forma y cuando me quitaba el uniforme feo de la zona, podía contemplar que tenía un cuerpo de infarto. Y solo por eso no entendía porque todos me decían que era fea y rara.
—¿Serán mis pecas?—me lleve las manos a mi cara por instinto con lastima.
Yo solo quería encajar en este mundo y ser normal por una vez en la vida.
Resople cansada y me coloque el uniforme gris feo que nos tocaba, pero antes de hacerlo coloque algunos pendiente de estrellas en mi blusa para que le dé un poco de color a ese feo gris que nos obligaba usar.
—¡Estrellita!—volvió a gritar mi madre desde la planta baja con intenciones de que si volvía a gritar iba a subir y no sería bueno que la molestara en su estado.
Si, Aurora Smith estaba embarazada y me iba a dar un hermanito que esperábamos con muchas ansias. Mi papá trabaja duro en su tienda y solo para que él bebe no le falte nada cuando llegue al mundo.
Yo termine de arreglarme y baje las escaleras con los ánimos por el suelo, me detuve en la cocina donde mi madre me esperaba con el desayuno ya hecho.
Avena.
Que delicia.
No deje que el plato llegara bien a la mesa cuando se lo quite de las manos y me lo comencé a comer, amaba la avena como si fuera el segundo amor de mi vida y no pudiera vivir sin él.
—Estrellita come despacio te puedes atragantar.
—Siii, comooo sea... Voy a llegaaar tarde hoy.—hable con la boca llena sin importame los modales.
Mi madre hizo un gesto de reproche antes de sobarse su panza ya grande de cinco meses.
El desayuno fue tranquilo, como siempre en mi vida. A igual que ir a la universidad, en mi primera clase me vi dibujando en mi cuaderno y no prestándole atención lo que decía la profesora. Ya en el receso fui a la cafetería a buscar mi desayuno como siempre, hice mi cola como todos y cuando era mi turno la popular y odiosa de Fernanda se me atravesó.
—Quita rara.—me empujo ella con molestia metiéndose en mi puesto junto con su grupito de amigos y pidiendo su desayuno.
<<Me llevaba el que me trajo.>>
Pensé, mientras ideaba mil formas de matarla a ella y sus amigos que desde que tengo memoria no dejaban de fastidiarme la vida.
—No deberían dejar que te traten así.—susurro alguien tras de mi haciendo que me asustara y llevara mis manos a mi pecho por voluntad propia.
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El Chico de las Estrellas. √ TERMINADA
RomantikÉl nunca fue de este mundo. Ella si. Él no entendí el significado de la palabra amar. Ella tenía el significado incorrecto de la palabra amar. Dos personas muy diferentes, que por más que nieguen que la química está entre ellos. Trataran de encon...