Capítulo 25. ✨Chisme tras Chisme✨

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Aldora

—¡Ay!—chille furiosa mientras miraba desde el balcón como Francia se acercaba a mi hombre.—Esa perra se está buscando que en el infierno le reserven un puesto.

Entre a la habitación furiosa buscando el mono y la chaqueta que iba a colocarme, ya habían pasado dos meses y al parecer estaba recuperándome poco a poco.

Para mí, que todo esto tenía que ver Fénix.

Ya no estaban tan flaca y los ojos tan hundidos, mi pelo había tomado brillo y ahora si parecía una mujer embaraza perfecta para tomarle fotos en una revista de moda.

En cambio, esto dos meses no pude averiguar mucho sobre la perra de Francia de su relación con Carlos. El chisme me tenía loca y Crux no ayudaba, solo venía a veces porque al parecer él y Franmar estaban en misiones cubierta. Carlos solo venia en ocasiones de madrugada y se volvía a ir.

Fénix seguía entrenando a su unidad que al parecer hoy por primera vez desde que nos volvimos a rencontrar, saldrá en misión y me dejara sola.

Yo en cambio me hice más amiga de Carolina, la cocinera que me regalaba muchas tartas de manzanas y cumplías mis antojos cuando bajaba a la cafetería a comer.

Me coloque el mono grande y la chaqueta para abrigarme un poco, y fui al ascensor especial que mi padre me había enseñado desde que le dijeron de mi condición con él bebe.

¿Y adivinen quien no se deja ver todavía?

Si, el que me estaba poniendo como una vaca.

Introduje la llave en el ascensor y presione el primer piso, cuando estuve en primera planta. Camine sin pensar y me valía que estuvieran en entrenamiento.

—¡Fénix!—lo llame de un grito a lo que el volteo sorprendido y la rubia se comenzó apartar.

Él le dijo algo a su gente y los vi irse, comenzó a caminar hacia mí tranquilo el muy canalla ese. Estaba sudado y en forma, y verlo así solo provocaron las hormonas se revoletearan en ver de estampar un puñetazo a ver si deja su jugadera con esa perra y la colocaba hacer su trabajo en realidad como eran.

—¿Qué paso trébol? Yo te deje durmiendo.—dijo depositando un beso en mis labios.

Yo en cambio no deje de mirarlo molesta y me cruce brazos.

—Dentro de unas horas tenemos consulta y tu aquí coqueteando con esa rubia oxigenada.—le conteste molesta.

Él en cambio rio y me dio otro beso en los labios.

¿Estaba comenzando a manipularme?

Ósea me estaba distrayendo y le estaba funcionando.

—Lo siento amor, ella fue la que se acercó... ya me iba.

Lo mire unos segundos a sus ojos negros y asentí, el volvió a darme otro beso y agarro mi mano.

—Ve si la cambia de unidad, pero no la quiero cerca tuyo hasta que me entere que tenía ella con Carlos.—los dos comenzamos a caminar hasta la enfermería agarrado de manos.

—¿Todavía sigues en lo mismo?

—Sí.

—Y yo pensando que lo habías dejado así.

Lo mire unos segundos y negué, yo cuando me propongo algo lo cumplo.

—No mucho, solo descubrí que se conocían desde pequeños y por mala suerte de él, ella quedo en la misma zona que el capitán.—me burle recordando como una de las cocineras me lo contaba.

El Chico de las Estrellas. √ TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora