Cap II Ellas

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Alma, luego de despedirse de Bryan, se dirigió a su habitación.

Por fin estaba sola, en su espacio, sin compartirlo con nadie, a penas se quito el uniforme y se sentó escuchar música, la amaba. Tenía playlists* de casi todos los géneros, menos las que eran degradantes en algún aspecto.

Le subió al volumen, y se tiro en su cama, le brotaron lágrimas, dos grandes lágrimas que la quemaban, pensó que era miserable.

—Odio mi vida — pensó, y de nuevo aquella voz en su cabeza.

-— ¿Qué te hizo la vida para que la odiadas? O...  ¿Será que tu la culpas de todos los disparates que haces?

—No vengas a decir eso, la vida no es fácil, no puedo controlar lo que me sucede, solo lo puedo sobrellevar.

— Nadie dijo que sería fácil, y nadie, absolutamente, ningún ser humano puede controlar lo que le sucede. Ya deja de culpar a los demás de todo lo que te pasa a ti.

— Yaa! esta bien, no pensaré en nada, en nada, tu, extraña, siempre interrumpes mis pensamientos.

-—sólo te ayudo linda.

Desde que tenia uso de razón, alma escucha aquella voz en su cabeza, unas veces con un tono mas grueso, otras veces mas fino, pero siempre ahí, metiéndose en sus pensamientos, en sus emociones, en todo. Conocía todo de ella, hasta lo mas oscuro, lo que ella nunca mostraba.

Alma, tenía algunas frustraciones, como todo el mundo, pero las de ella eran como llagas en la piel, ardían como el alcohol en una herida fresca. No podía deshacerse de ellas, a veces, eran como susurros.

Mientras ella estaba a punto de dormir, su madre la llamó para avisarle que la cena estaba lista, ella, se molesto mucho, pues detestaba que le interrumpieran el sueño.

— Ya voy mamá.

Bajó las escaleras y se sentó en la mesa,era una humeante sopa de vegetales. Ella solo quería jugo de naranja y un sándwich, pero, no se puede discrepar con su madre. Solo tomó un poco de la sopa y nada más.

—no quieres más?—Dijo su madre, quien pensaba que su hija era Pro-Ana*

—no mamá.

—¿Que tal el nuevo colegio?

—Bien.

Terminó y se paró de la mesa.
— voy a dormir — dijo con voz débil.

— Okay — dijo su madre.

*******
Eran las 1:30 am y Alma no podía dormir, se recostó, puso su Dustep* favorito subió el volumen mientras miraba fotos viejas, ver a su padre otra vez la hacia recordar los buenos viejos tiempos.

*********
Ya eran las 8:00 pm, Alma no bajo a cenar, se quedo en su cuarto, luego subió al ático y se quedó escribiendo en su diario, filosofaba, escribía poesía pura, donde nadie la podría alcanzar. El ático era su mundo paralelo, una realidad alterna a la mierda de realidad en la que vivía.

Ahí era ella misma, podría convertirse en lo que fuera, y nadie tenía que juzgarla, era la reina de lo que poseía, un viejo y polvoriento ático, lápiz, pintura, papel y toda su imaginación. Sólo en ese estado, aquellas voces la dejaban de molestar, ahora eran compañeras de su mundo, ellas silenciosas, pero siempre sabiéndolo todo.

Ella a pesar de su corta edad sabia muchas cosas, tal vez demasiadas...

A ella nunca le importó saber, aunque eran cosas que no eran de su incumbencia.

—No voy a morir siendo una estúpida — Estas palabras siempre estuvieron en su cabeza.

Cuándo Alma era pequeña, prefería espiar lo que los adultos hablaban antes que jugar, siempre fue reservada, selectiva y algo tímida a veces, solo se le veía jugar con Bryan aunque fuera un poco mayor, y en algunos raros momentos socializaba con más personas.

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