Izuku: El Ghoul con humanidad

Capítulo 64: "¿Qué haz hecho?"

Ahora podemos ver como Himiko se estaba dando una ducha con agua fría luego de haber hecho lo que hizo, se sentía realmente satisfecha. "Bien...entonces, jeje...creo que ahora debería marcarlo para que siempre sepan que es mío...", dijo esta con una amplia sonrisa en el rostro al recordar todo ese tiempo que pasó junto al muchacho...

Terminando de bañarse cerró la ducha para salir caminando hacia su antigua habitación, pasando por la puerta de Izuku, se la quedó viendo por un momento. Contrario a lo que cualquiera pudiera pensar, no...no se sentía culpable, de hecho, le daba un poco de risa el pensar que este podría estar llorando por algo como eso, un poco inmaduro, creía ella...

"Ahora sí...nos volvimos uno...", dijo la chica con mucho cariño en su cabeza al recordar como lo hizo sangrar, lo dejó en un gran charco, que la emocionaba. Para bromear con el joven, dio un pequeño golpe en su puerta, escuchando un pequeño llanto de sobre salto en aquel cuarto, haciendo que esta se riera un poco por eso, siguió su camino hacia su habitación...

"Dios, no puedo esperar hasta mañana...", dijo la chica con un tono de voz bastante lascivo porque quería seguir haciéndolo con su amado cuantas veces quisiera. Ahora lo tenía a su disposición, como tenía el pensamiento de un niño, suponía que las cosas seguirían así, que lo tuviera en sus manos...lo amaba, lo adoraba, quería seguir dañándolo con su amor...

Ahora sí mostraba su verdadera cara, es una que nunca tuvo que ocultar porque nunca había amado tanto a alguien como para hacerles esto. Sí, puede que haya querido a su amiga como nunca antes, pero cuando se enamoraba, no podía evitar querer ver a esa persona dañada o llena de sangre...es por eso que mostró ese rostro a Saito, porque pensaba que serían iguales

Era un pensamiento algo lógico, después de todo, él se le declaró a ella, pero no se midió y terminó matándolo, de todos modos, eso no iba a funcionar, poco después se dio cuenta de que no eran verdaderamente iguales...pero ahora, con Izuku las cosas eran diferentes...

Ahora que lo tenía asustado como la mentalidad de niño que tenía, era más simple el poder dominarlo o someterlo para quitarle toda la sangre que quería, después de todo, sabía que este no le diría a nadie por el miedo y tampoco pensaría en escapar, ya que lo intentó una vez y no pudo, siguiendo su psicología, tendría miedo de volver a hacerlo nuevamente...

Eso la calmaba un poco, por lo que sentía que podía dormir en paz en esos momentos y sí...se le haría difícil porque le emocionaba que llegara el día siguiente para repetir eso. "Te amo Izuku, que bueno que no puedas objetar ante mi amor...", dijo esta recostándose mientras que en una mano sacaba aquel peluche que Izuku le regaló una vez...estaba en paz...

Lentamente se empezaba a quedar dormida, empezando a sumirse en sueños húmedos con Izuku y ese excelente día que había tenido con el chico, sin embargo, algunas cosas no resultarían ser como verdaderamente lo esperaba

En su sueño:

Esta tenía las imágenes del rostro de Izuku llorando cuando había introducido le kagune en su trasero y cuando lo estaba ahorcando. "Jeje...se ve tan lindo...", se dijo ella mientras que seguía viendo más y más las imágenes que tenía en su mente, haciendo que una amplia sonrisa se formara en su rostro...

"Esto...no era lo que quería que hicieras...", dijo una voz atrás de ella, haciendo que esta se quedara paralizada por un momento por la voz la reconocía. Al ver hacia atrás, notó como todo el paisaje a su alrededor, el cual era negro, ahora se tornaba rojo sangre y esta parecía haber caído en un gran tanque de agua en el cual, por alguna extraña razón podía respirar

"¿Q-Qué?", fue todo lo que dijo, solo para ver como desde arriba, como si fuera una clavado, entraba una personas, para luego ponerse al frente de ella. Aquella chica no tenía ropa, estaba desnuda, pero lo más llamativo era su rostro, su cabellera, después de todo, Himiko no creía que volvería a ver a ella...a Ochacco en mucho tiempo...de todos modos, se alegraba de hacerlo...