7. Manager entrometida

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Capítulo 7

La manager entrometida

⭐⭐⭐

La cara que tenía Brandon era un poema, yo no me quedaba muy atrás, pero la de él era mucho más graciosa. Los ojos abiertos de par en par, la boca abierta lista para que entrase todo tipo de bichos y yo bien preparada como siempre, aproveché que se quedó en blanco para tomarle una foto, es que literal, quedó en shock.

Como mi hermanito no reaccionaba me tocó a mí preguntar:

—¿Qué? —Balbuceé incrédula—. ¿Escuché bien? Repítelo Ian, porque creo que no te escuché bien —indiqué y el rubio solo se rio. Eso me dio mala espina, quizás era una broma y ahora se estaban burlando de nosotros.

Me enojé y como yo era una especie de huracán que explota con lo más mínimo, me puse de pie para gritarle unas cuantas groserías, sin embargo, con las mismas que me puse de pie, Ian colocó su mano en mi cabeza y me hizo sentarme de nuevo.

—Cálmate, pulguita. Sé que estás molesta porque piensas que es una broma, pero deja de estar tan a la defensiva —Habló aun con su mano sobre mi cabeza. Luego se dirigió a Brandon—. Escuchamos tu canción y nos ha gustado mucho, es por eso que decidimos dejar que seas parte de nuestro grupo.

Con Tranquilidad quitó su mano, no sin antes despeinar mi cabello un poco. Le lancé una mirada asesina por hacerlo y en eso Brandon reaccionó.

—¿Mi canción? ¿Cómo es posible, si yo no...? —cortó lo que sea que iba a decir para girar su cabeza abruptamente hacia mí con una mirada de sospecha y yo desvié mi mirada de inmediato.

Josh muy inoportuno, intervino.

—Claro, tu manager —Me señaló con su dedo—, nos enseñó una de tus canciones.

Gracias Josh, por su culpa me habían pillado.

Sentí un apretón en mi mejilla derecha así que solté un chillido.

—Estela, ¿cuándo te volviste tan mentirosa? —habló mi hermano apretando mi mejilla—. Tú, esta mañana no estabas buscando un arete, estabas cometiendo un acto ilegal que te puede llevar a prisión —bufó y yo aparté su mano de mi rostro.

En eso Ben, con un tono suave indicó:

—De cualquier manera, ilegal o no, estás dentro, deberías agradecerle a tu entrometida manager —dijo sonriéndome y no pude evitar devolverle la sonrisa, aunque después reaccioné y me di cuenta que me llamó entrometida.

—Es cierto, Brandon inclínate y agradéceme como se debe —bromeé, ganándome una mirada de reproche de todos los presentes. Que malos sentidos del humor tenían esos hombres, pero bueno se les perdonaba.

—Ya que nos gustó mucho tu canción —expresó Max—. Queremos cantarla en nuestra próxima presentación, claro si es que así lo quieres.

—¿Es enserio? —cuestionó Brandon aún sin creerlo.

—Sí, y si quieres puedes venir con nosotros para hablar y conocernos.

La risa nerviosa que Brandon dio era la primera vez que la escuché, él no espero que le dijeran nada más, solo se levantó y caminó con ellos a quién sabe dónde, olvidándose por completo de mi existencia. Me sentí desplazada, ignorada, olvidada, despreciada por ese ser sin corazón.

Me disponía a hacer mi drama ahí sentada en esa banca, entonces recordé algo súper importante, el dinero, mi dinero.

Me levanté exasperada y corrí por la calle como si se tratase de vida o muerte, hasta que los encontré a punto de subirse a un taxi.

La Chica Que Vino De Las Estrellas © ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora