12. Señorita Cupido

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Capítulo 13

Señorita cupido

⭐⭐⭐

En mi vida nunca nada fue normal, y mucho menos lo seria aquel domingo en la mañana después de haber creado el mayor alboroto en la historia de mi escuela. Ese caótico partido de futbol terminó con un triunfo de los chicos, varios estudiantes en la oficina de la directora, mi cabello picoteado y tres chicas con los ojos morados.

Aclaro que Jena era una de esas, no sé en qué momento de la pelea la chica que me cortó el cabello y, a la cual yo tenía sujetada por el cuello lanzó uno de sus zapatos y este le cayó precisamente a la pobre de Jena, quién ni siquiera estaba metida en la pelea, solo estaba tratando de calmar las aguas, pero como la vida no es justa, el zapato volador le hizo un bonito diseño en el pómulo derecho.

Gritos y reclamos se escuchaban en el interior de la oficina, estábamos ahí todos los afectados y causantes. Pero como todas hablábamos a la vez la directora tuvo que callarnos con unos golpes de en su escritorio.

—Se callan o las castigo a todas —sentenció señalándonos con su dedo y por el asombro todas nos quedamos en silencio—. Muy bien, ahora sí. Señorita Jones explíqueme ¿Qué fue lo que sucedió?

—Ok, resulta que esta tipa de aquí —Señalé a la bronceada y antipática a junto a mí—. Me pegó un chicle y luego me cortó el cabello.

—Mentirosa —exclamó la chica en su defensa. La directora la miró como si hubiese querido lanzarle rayos láser.

—¡Silencio, señorita Palmed! —Ordenó y ésta cerró el pico—. Continua —Me indicó.

—Cuando la descubrí le reclamé como toda una persona civilizada, pero ella me atacó y de paso golpeó a mi amiga.

—Eso no es cierto —reclamó ofendida y yo me apresuré a añadir:

—Y si no me cree, pregúntele a mis amigas que estaban presentes cuando me pegaron el chicle y cortaron el cabello —Señalé a Pilar y Lau, las cuales aún tenía pinta de haber estado en una pelea callejera—. Ellas pueden reafirmar lo que estoy diciendo.

Ellas asintieron. La directora se sentó a analizar la situación y luego de unos segundos anunció.

—Señorita Palmed está usted castigada, tendrá que asistir dos meses a trabajos sociales para remediar este problema y por haberle causado daños físicos a sus compañeras, le ordeno que se disculpe de inmediato.

La boca de la chica cayó abierta creo que hasta el suelo y yo solo pude sonreír victoriosa, aunque eso no iba a reponer mi hermoso cabello, si era suficiente.

Ella muy falsa nos pidió disculpas y luego la directora se la llevó a cumplir su castigo. Le pedí a mis amigas que llevaran a Jena a la enfermería para que su ojo no se le infectara y ellas lo hicieron.

Yo decidí quedarme para pensar en una forma de arreglar mi cabello, en eso a la oficina ingresó mi hermano, el cual se le veía muy preocupado.

Aunque esa preocupación se le esfumó apenas se dio cuenta que me faltaba un trozo de cabello. La risa que soltó fue tan molesta que me dieron ganas de partirle la cabeza con un libro grande y grueso que había en el escritorio de la directora Susan.

—¿Qué piensas hacer, Estela? —habló él entre risas y yo lo miré mal—. Si quieres yo te lo corto.

Su insinuación era una broma, pero mi atolondrado cerebro entendió que esa era la única opción que me quedaba.

La Chica Que Vino De Las Estrellas © ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora