Capitulo 3

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"Todos son unos genios, pero si juzgas a un pez por su habilidad de trepar un árbol, se creerá estúpido toda su vida"

 Albert Einstein.

TIFFANY

Con la garganta seca mientras en ácido en mi estómago hacía saltos mortales, miré a través de los ojos entrecerrados al otro lado de un escritorio sorprendentemente limpio a mi maestra de literatura y su deliciosa boca, la cual me había vuelto loca desde el primer día de clases cuando ella tomo su lugar detrás de la mesa de instructor.

Eso me asqueaba mas que cualquier cosa. Nada sobre la Dr. Kim era mi tipo. Yo prefería a las rubias con hermosos cabello largo y suelto. Mi profesora de literatura mantenía su oscura cabellera hacia atrás y oculta en un apretado moño asegurado en la base de su cuello. Yo era amante de cuerpos largos y esbeltos que les gustaran mostrar sus curvas impresionante con reveladoras ropa moderna. Kim era pequeña, y quizá redondeada para mi gusto. O al menos me imaginaba que ella tenia rollitos que quería ocultar. ¿Por qué mas quería usar ropa tres tallas mas grande para ella?

Y me gustaba la sensualidad confiada en una mujer, alguien que sabia lo que tenia y se movía como si quisiera que cada chico en ochenta kilómetros a la redonda dejara lo que estaba haciendo para mirarla boquiabierto cada vez que pasaba. Kim no tenia ni un solo paso coqueto en su repertorio. Ella tenia la sensualidad de una monja, y no parecía gustarle los chicos en absoluto. No es que pensara que era lesbiana como sugirió Siwon. Solo la veía como un ser anti-sexual. Sin genero. Al menos, quería que fuera así .

La cual era otra razón por la que odiaba estar tan al pendiente de ella cada vez que se encontraba cerca. Mientras me imaginaba como se sentirían sus dulces labios alrededor de mi parte favorita del cuerpo, sabia que ella no tenia mas que maldita literatura en el cerebro.

–En realidad trate, sabe dije intentado enfocarme en sus ojos caramelos y no en su boca. Esa seguramente fue la mejor maldita tarea que he escrito. Y no hice trampa como estoy segura que hizo la mitad de la clase. Leí el libro, las notas de ayuda, los ensayos de muestra. Incluso vi la extraña película. Hice todo el jodido trabajo.

Sentándose en silencio en la silla opuesta a mi, la Dr. Kim me dio una sonrisa tensa.

–Y aun así se perdió el propósito de la tarea.

Bueno, mierda, ¿Eso cree? Sacudí las manos en el aire

–Tal vez porque no entendí el maldito propósito. Es decir, ¿Qué demonios quería que dijera?

Sabia que debía bajar el tono del lenguaje, pero ella me desesperaba y solo había estado en su oficina por dos minutos. Como es que esta persona tan pequeña pudo haberme indagando tan rápido, no lo sabia. Pero aquí estaba, enojada, encendida, avergonzada, alarmada y francamente perturbada por mi atracción, mientras estaba igual de cabreada con ella por saber lo mucho que no merecía poner un pie en el campus porque era tan jodidamente estúpida.

Y, joder ¿Se había puesto brillo labial o algo desde que la vi esta mañana en clase? Su boca se veía mas brillante que nunca. Me atrape a mi misma mirándolos otra vez y a parte la mirada de golpe. Maldición, las maestras maliciosas no deberían tener labios como esos. Suspiro y entrelazo las manos antes de apoyarlas sobre el escritorio.

–No era lo que yo quería que dijera, si no lo que usted necesitaba decir. Y ahí se fue toda mi compostura. Otra vez.

–¿Qué necesitaba decir? Me pare y jale mi cabello al tiempo que comencé a pasearme por el metro y medio de espacio que tenia en su estrecha oficina.

–¿Qué necesitaba decir? ¿Qué jodidos siquiera quiere decir eso?

La Dr. Kim permaneció tranquila y serena, maldita sea, sentada en su silla mientras me observaba con calma convertirme en una pila de ansiedad.

A mi profesora con amor♥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora