Capitulo 19

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"El amor es como el viento, no puedes verlo pero puedes sentirlo".

Nicholas Sparks, Un Paseo para recordar.

TIFFANY

Le encantó. Taeyeon no dijo nada en voz alta, pero todo lo que tenía que hacer era observar las expresiones que revoloteaban en su rostro para saber que la experiencia le fascinó.

—Oh, Dios mío. Mira. De verdad venden algodón de azúcar en los carnavales. Creí que eso podría ser solo un cliché de las películas. Cuando ella me jaló con la mano para salir corriendo, apresurada hacia el puesto de comida, me sentía como una paseadora de perros siendo arrastrada por todas partes por mi mascota sobreexcitada. Reí y me apuré para mantener el paso. Era tan malditamente adorable cuando dejaba libre a su niña interior.

Mientras ordenó una gran bola rosada de algodón de azúcar, yo compré una Coca-Cola porque sabía que necesitaría un trago pronto.

—Oh, guau. Apretó los labios después de la primera prueba y arrugó la nariz.

— No me di cuenta de que se derretiría tan pronto como tocara mi lengua. Pero, guau, en serio es pura azúcar, batida en una bola esponjosa, ¿verdad?

—Toma.

Le ofrecí el trago y me agradeció con amabilidad antes de arrebatármelo y tomar la mitad del contenido. Comió del algodón de azúcar mucho más lento luego de eso, y juntas, subimos a las gradas del carnaval, mirando una corta función de marionetas antes de que otro vendedor nos llamara incitándonos a probar su tiro de pelota. Taeyeon me golpeó en las costillas.

—Vamos, señorita basquetbolista provocó  ¿Por qué no nos muestras lo que tienes?

—Oye, tú eres la campeona del tiro de pelota ahora; tuviste un día entero de práctica. ¿Por qué no tratas?

—Ohhh. El vendedor nos miró con deleite.

— Huelo un desafío. ¿Quieren ir una contra otra? Entonces, hicimos el tiro de pelota. Pateé su trasero, por supuesto, y me dijo que una mala ganadora. Me encogí de hombros y le dije que se lo pondría fácil cuando decidiera ponérmelo fácil calificando mis ensayos. Murmuró

— Touché. Luego rodó los ojos, riendo.

Cuando el vendedor me felicitó y puso un conejito de peluche café con orejas colgantes rosadas en mi pecho, lo miré como si hubiese perdido la cabeza. Taeyeon se agarró el estómago y rio más fuerte.

—Ahhhh. Lucen tan lindas juntas. Y mira, su pelaje es casi del mismo color que tus ojos. Creo que es una combinación hecha en el cielo.

—De acuerdo, listilla. Mejor tomas esta cosa porque es seguro que no lo llevaré por todos lados. Cuando lo empujé hacia ella, lo miró como si tuviera la rabia.

—Pero... yo nunca he tenido un animal de peluche. Sus brazos se enredaron alrededor de él para evitar que se cayera.

—Nunca sé es demasiado viejo para comenzar dije, sintiéndome engreída por haber podido darle el conejito sin ser cursi al respecto. Seguía luciendo completamente aturdida.

— ¿Pero qué hago con esto?

—Demonios, no sé. Ponlo en tu cama con todos los cojines que tienes.

—Bueno.

Aún actuaba indecisa, pero podía ver el anhelo en sus ojos. La niña quería su peluche. Al final, cedió con un calmado y sincero

— Gracias.

Pestañeó, y lo juro por Dios, si dejaba caer una sola lágrima, iba a arrastrarla al primer tranquilo y oscuro rincón y la besaría sin sentido. Pero, en serio, ¿Qué clase de padres no les compra animales de peluche a sus hijos? Incluso mi rara madre, un año para navidad, me lanzó un peluche de perro mutilado, con una oreja arrancada. Necesitando alejarnos de todo lo emocional, tiré de su mano.

A mi profesora con amor♥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora