Capítulo 7

44 5 0
                                    

Sobrevivencia–

Después de una charla me ofrecí para llevarla a casa, al verla en medio de la noche, la sentí frágil e indefensa, recordando una parte de mi pasado, la mancha de ese entonces me persigue hasta ahora

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Después de una charla me ofrecí para llevarla a casa, al verla en medio de la noche, la sentí frágil e indefensa, recordando una parte de mi pasado, la mancha de ese entonces me persigue hasta ahora. No puedo dejarla aquí sola, no me lo perdonaría. Ella accedió, al instante me fije que solo había un chaleco reflector, no pensé encontrarla de nuevo si lo hubiese sabido hubiera comprado uno en la parada que hicimos antes de llegar a Turín, ahora no puedo entrar a una tienda, mi padre debe estar por ir a casa y si no me cuentra con el señor Albert  probablemente no podría salir solo de nuevo.

Decidí quitarme el chaleco y ponerselo a ella, ella ni se inmutó, pude notar que mi acción hizo sonrojar un poco sus mejillas, haciendo que deseara tocarlas, pero me contuve, no soy de ir tocando chicas porque se me antojó y ya, además de cierta forma al poner el chaleco en su cuerpecito delgado sentí una sensación agradable, una sensación que solo he sentido en el pasado, ese pasado que he intentado olvidar por mucho tiempo, pero... ¿que tanto logré olvidarlo como para perder esta sensación de calor enternecedora? De alguna manera quería abrazarla, acariciar su cabello y sentirme como si ella fuera mi hogar, a donde pertenezco. Pero se que estoy equivocado, no puedo desviar mis sentimientos por momentos y pensamientos pasajeros como probablemente lo sería ella, mi corazón y mi mente ya pertenecen a alguien, pero bueno, no tengo tiempo para seguir pensando cosas, tengo que llegar rápido a casa.

Lo único que hice fue acercarme a su oído quería susurrarle lo fea que era, pero una llamada al parecer de su madre interrumpió, de cierta manera lo agradecí, no quería llegar a hacer cosas de las cuales podría arrepentirme más adelante. Me alejé respetando su privacidad, cuando terminó de hablar con su madre emprendimos camino en la autopista.

Sentir sus manos rodear mi abdomen y su rostro recostarse en mi espalda, hace que mis ojos se tornen cristalinos empezando a mirar borroso por la carretera, de alguna forma me gusta, pero me decepciona porque quisiera que fuera aquella otra persona quien lo hiciera y no lo es. De cualquier modo deseo que esta sensación dure un poco más, siento como si ya no estuviera solo, como si me estuvieran abrazando —aunque se que no es así— se que ella solo se está equilibrando al sostenerce haciendo presión en mi espalda con su cálido rostro y sus delicadas manos las cuales rodean mi torso.

Trato de imaginar que es ella, aquella persona que tanto quiero desde la infancia, para formar la sensación un poco más cómoda; se que no lo debo hacer, no debo confundir dos personas pero solo es un momento, mientras dure quiero disfrutarlo... imaginando que es su anatomía y no la de Dafne.

Terminamos el recorrido, llegamos al rededor de las 10pm, dejándola en el portón de su casa, donde deduje con exactitud su vivienda, era por la parte trasera de la mía a unas 8 residencias hacia la izquierda. Después de todo podía comprender por que vivía ahí, es una casa bastante enorme, tiene un gran jardín, y sobretodo es una zona privilegiada, queda cerca al instituto, al menos unos 15 minutos en auto.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Feb 11, 2022 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Tú sangre en la mía Donde viven las historias. Descúbrelo ahora