1. Primer fracaso en el cine.

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Juan Pablo Isaza no era de los que creía demasiado en el amor, o al menos, ya no lo era. Luego de desastrosas rupturas, tenía claro que no necesitaba volver a tener tanto drama en su vida. La vida de soltero estaba bien, demasiado bien. Tenía libertad para salir a fiestas las veces que quisiera, podía irse de viaje cuántas veces se le antojara, e incluso, había podido estar junto a algunas chicas, sin compromiso. Todo eso estaba perfectamente bien, sin embargo, cuando llegaba a casa, estaba solo. Cuando salía de viaje por las giras, no podía evitar sentir cierta envidia por sus amigos, ellos tenían a alguien que los esperaba en casa. Lo único que lo esperaba a él al regresar (aparte de su familia) era Malta, su mascota.

Ya se había rendido a cualquier posibilidad de encontrar a alguien, aunque muy dentro de él, tenía una leve esperanza y sus amigos se dieron cuenta cuando escribió "mi pesadilla", una canción que hablaba sobre la inquietud de haber encontrado a tu alma gemela y haberla dejado ir por diferentes circunstancias.

¿Qué pasaría si de repente la persona indicada pasa frente a tus narices y tú la ignoras porque estás con alguien que crees que es la persona correcta?
Tal vez parecía una mera cuestión de destino o tal vez no. Eso solo hacía que Juan Pablo pensara innumerable cantidad de veces si él ya había ignorado a su persona correcta. Esperaba que no, no quería ser tan imbécil.

Juan Pablo eliminó aquellos pensamientos de su mente y con un suspiro se dedicó a escanear con sus ojos el cine en el que se encontraba hasta dar con una cabellera castaña y unos ojos hazel. Los ojos de la chica se encontraron con los de él y de inmediato le sonrió. Amelia Ramírez era una de las amigas de Nathalia, la novia de Simón.

Sus mejores amigos creían que era tiempo de que volviera a abrirse para conocer a personas en serio, como tener citas con candidatas que ellos consideraban tenían "potencial". Isaza trató de negarse, pero Martín, el menor de sus amigos, fue demasiado persuasivo, además, el trato eran solo catorce citas y eso implicaría que no pasaría San Valentín solo, lo que verdaderamente le daba igual, pero de todos modos accedió, porque ahí estaba ese pequeño gran miedo de que quizá la persona adecuada estaba frente a sus narices o podría pasar en cualquier momento y él no se daría cuenta.

—Amelia—la saludó timidamente luego de acercarse.

—Juan Pablo, ¿cómo estás?—preguntó ella con una pequeña sonrisa.

—Bien, ¿tú?

—Bien—respondió ella.

Ambos se quedaron en silencio, un silencio incómodo. Desde ese momento, Juan Pablo supo que no tendrían una segunda cita.

—Mmm, ¿qué película quieres ver?—preguntó Amelia.

—Eh, ¿spiderman te parece bien?

—Prefiero ver "After"—respondió ella.

"Entonces, ¿para qué me preguntas?" Pensó Isaza.

—Está bien—terminó contestando.

Amelia se dirigió hacia la tienda de dulces para comprar las golosinas, mientras Isaza compraba los boletos. A juzgar por el póster de la película, podía deducir que era un completo cliché. No es que odiara las películas románticas, de hecho, disfrutaba verlas para criticarlas o reírse de ellas y estaba seguro que Amelia se enojaría si él criticaba aquella película.

Luego de pagar las entradas, caminó hasta donde se encontraba Amelia, sin embargo, un pequeño obstáculo que seguramente no rebasaba el metro setenta, se interpuso en su camino, provocando el estruendo de un vaso de plástico al rebotar en el suelo y que muchísimas gotitas diminutas de refresco lo salpicaran levemente, la peor parte se la llevó el obstáculo.

Isaza se dio cuenta que aquel obstáculo que se interpuso en su camino tenía destellantes ojos café, cabellera castaña y una camiseta de spiderman manchada de refresco.

—Lo siento—murmuró apenado.

—Ah, no te preocupes, iba medio distraída y soy torpe, es algo que siempre me pasa—respondió ella restandole importancia.

—Yo también iba un poco distraído. Déjame pagarte tu refresco.

—Nah, no te preocupes. Está bien—respondió la castaña.

—Insisto—dijo Isaza—. Arruiné tu playera.

—Es solo refresco, estoy saliendo de la función, la cual por cierto, fue espectacular, ya vi la película como por décima vez, pero de todos modos sigue siendo...—la chica se calló de inmediato al ver que estaba divagando y sus mejillas se tiñeron de rosa.

—Épica—concluyó Isaza por ella—. También la vi y planeaba verla nuevamente, en verdad, creo que podría verla cien veces sin aburrirme.

—¡¿Verdad que sí?!—exclamó ella con emoción y luego volvió a sonreír con vergüenza—. Bueno, como decía, esto es solo refresco—dijo señalando la mancha en su pecho—. Iré a casa y la lavaré, quedará bien, así que no tienes qué pagarme nada.

—Es que...

—Juan Pablo, ¿vamos?—Amelia apareció a su lado.

—Mmm, sí—dijo y luego volvió a ver a la amable desconocida—... eh, adiós.

—Adiós... Juan Pablo—le respondió ella sonriendo y agitando su mano.

Juan Pablo la vio alejarse y luego entró a la sala junto a Amelia. Después de dos horas, se dio cuenta que realmente no tendrían una segunda cita.












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Buenaaaaas! Pues, aquí les traigo esta historia nueva, esta vez con Isaza. Es algo que se me ocurrió hace unos días y no pude evitar escribirla. Constará de 14 capítulos (será cortita) y un epílogo. Espero les guste.

—Cris

14 citas antes de San Valentín | j.p. isazaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora