5. Sin fracasos y muchas coincidencias

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Juan Pablo se dio por vencido con eso de las citas que sus amigos le habían organizado. Las cuatro que llevaba habían sido un fiasco y ya no tenía ganas de nada de eso, pero pese a que había sido claro, otro de sus mejores amigos, Juan Pablo Villamil, no desistió de la idea y llevó a cabo su plan de celestino.

Villa decidió hacer una pequeña reunión en su casa con varios amigos, el ojiverde no paró de mencionarle a Isaza que quería presentarle a una de sus amigas, con la que estaba seguro que podría congeniar, incluso, Jude, la esposa de Villamil le aseguró que sus signos y cartas astrales parecían demasiado compatibles, cosa que a Isaza le pareció demasiado graciosa.

—¡Ahí está!—lo recibió Villa con un corto abrazo en el que estuvo de por medio el pequeño Maxwell en brazos y la férula de Isaza.

Su sobrino apenas había cumplido los cinco meses de edad pero parecía un niño muy despierto, con atentos ojos verdes como los de su papá y largas pestañas como las de Jude.
Quién lo diría. Isaza jamás pensó que Villa fuese el primero de la banda en convertirse en papá, pero ahí estaba y pese a la rara y complicada historia con Jude, ambos estaban llevando las cosas bien.

—Pensamos que no vendrías—dijo esta vez Jude saludandolo con un beso en la mejilla.

—No me perdería otra cita fallida—dijo él con ironía.

—No digas tonterías—refutó Jude evaluandolo con sus peculiares ojos grises—. Estamos seguros que esta es la vencida, ¿sabes por qué?

—¿Por qué?

—Nuestra amiga no fue tan al azar—Jude y Villa se dieron una mirada cómplice.

A veces Isaza los envidiaba por ello, parecía que aquellos dos compartían los secretos más grandes del universo solo con mirarse a los ojos.

—De hecho, ella ya te conoce y tú a ella—dijo Villa mientras acomodaba en su pecho a Max.

—¿En serio?

—Sip. Está en la terraza con los demás—dijo Jude—. Es castaña, no tan bajita y es la única en la habitación que se llama Sofía.

—¿Sofía?—preguntó Isaza levantando una ceja—. ¿La... Sofía que yo creo que es?

—No sé, ¿por qué no lo averiguas?—dijo Jude—. Mientras, cuidanos a Max, iremos a la recámara por unas cosas.

—Oigan, no vayan a engendrar a otro niño, por el amor al cielo—dijo Isaza mientras trataba de tomar al pequeño con su brazo libre.

—No somos estúpidos—dijo Villa—. Sin gorrito no hay fiesta.

—¡Juan Pablo!—se quejó Jude y ambos amigos rieron.

—Todos sabemos que no tienes llenadera cuando se trata de tu esposo, mi amor—dijo Villa apretando la mejilla de la ojigris.

—Idiota—ella le apartó la mano.

Isaza vio bajar las escaleras de la casa a aquel par entre risas mientras él se las arregló para dirigirse a la terraza con Max en brazos.

De inmediato la reconoció en la terraza, se encontraba platicando de forma tranquila con Nath y Simón. De segunda forma, Sofía debió sentir su mirada porque en pocos segundos hicieron contacto visual. Isaza se sintió algo nervioso, no quería ni imaginar lo que los revoltosos de Jude y Villa le habrían dicho.

—¡Llegó tu cita!—se encargó de gritar Martín, llamando la atención de los demás.

Isaza sonrió apenado y luego de dirigirles a todos un breve saludo, se acercó a donde estaban Nath y Simón con Sofía.

—Bueno, nosotros vamos a la cocina.

—¿A la cocina?—preguntó confundido Simón.

—Sí, a la cocina—Nath le hizo señas e Isaza quiso que la tierra se lo tragara.

—Eh... hola—dijo él mientras tomaba asiento con el pequeño Max en sus brazos.

—Hola—respondió ella sonriente—. Así que eres amigo de Villa—dijo ella cruzando los brazos con diversión.

—Sí, eh... tenemos una banda, ¿nos has escuchado?

—Sí, pero jamás me había fijado en los rostros de los integrantes—dijo ella—. Me gustan mucho algunas de las canciones.

—Uh, gracias—dijo él.

—Ellos sí que están empeñados en conseguirte a alguien—comentó Sofía.

—No te imaginas.

—Jude incluso me sacó la carta astral y me dijo que éramos compatibles—apuntó ella con diversión.

—Esa chica está loca—dijo él con diversión.

—Igual que Villa.

—Por cierto, ¿de dónde los conoces?

—Ah, atendí el parto de este bebé—respondió ella mientras acariciaba con gentileza la mejilla de Max.

El bebé se removió en el regazo de Isaza y de inmediato extendió sus brazos hacia Sofía.

—¿Quieres...?

—Por supuesto, ven aquí—ella tomó al bebé, quien de inmediato se encontró cómodo con Sofía e interesado en jugar con los mechones de su cabello estirandolos, aunque ella ni se inmutaba.

—Oye...—hablaron al unísono.

—Tú primero.

—¿Qué tal si empezamos a salir?—propuso Isaza—. En plan de amigos, nada más, obviamente. No quiero incomodarte, ni nada, si no quieres, está bien, solo que me empiezas a agradar y...

—Está bien, eso me gustaría. También me empiezas a agradar—dijo Sofía—. Además, siempre es bueno hacer amigos.

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Buenas tardes!
¿Qué les pareció el capítulo?
Si se fijan hay un pequeño guiño de unos personajes que verán la luz muy pronto👀👀👀

Cris

14 citas antes de San Valentín | j.p. isazaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora