STOCOLM~ (Dennis y Casey)~ SPLiT (Kevin Wendell~James.M)

18

Pasaron unos días.

Dennis y yo nos volvimos más cercanos.

Eramos la única compañía del otro, ya que a él le estaban abandonando sus compañeros, uno por uno.

No hablábamos de las noches. Y eso me tranquilizaba.
En el día Dennis me enseñaba cosas y compartíamos ratos juntos.

En la noche solo dejaba su puerta abierta, para que yo pudiera entrar cuando quisiera. Y cuando él apagaba su luz, yo me escabullía en su habitación.

A veces le encontraba dormido. A veces solo parecía. Y cuando yo me recostaba a su lado, se acercaba un poco y colocaba su brazo en mi costado. Solo eso.

En la mañana solo eramos los mismos de siempre.

Dennis a veces en la noche parecía enfermo, a veces estaba de buen humor y a veces solo era el Dennis con comentarios de doble sentido.

Pero nunca hablábamos sobre el hecho de dormir uno al lado del otro, en la misma habitación, y en la misma cama... por suerte nunca lo hablábamos.

Creo que en el fondo ambos nos sentíamos extraños y confundidos con eso.

*

Aquella tarde las cosas se jodieron.

Un tipo con aspecto de leñador, robusto y de cabello y barba pelirroja, llegó a nuestra puerta.

Dennis me dijo que me mantuviera dentro y él salió a ver de qué se trataba. No sin antes guardar un arma en su espalda.

_¿Puedo ayudarle en algo?_ amablemente preguntó Dennis. Se veía nervioso y tenso. Él no era el de las relaciones y Barry ya no estaba para ayudarle.

Sacó su pañuelo y limpió sus gafas mientras bajaba por las escaleras del patio delantero.

_¿No se encuentra el señor Warms? Supe que estaba de viaje pero vi su auto estacionado_ apuntó hacia el auto que habíamos tomado.

_El señor Warms sigue de viaje_ dijo dennis seco. Como apretando los dientes.

_¿Entonces por qué su auto está aquí? ¿Quiénes son ustedes?_ la cosa se puso tensa. Y Dennis no supo que decir. Entonces salí s saludarles.

_Estamos cuidando la casa del señor Warms. Él nos ha prestado su auto puesto que el nuestro se descompuso y aquí las distancias son muy largas como ya quede ver_
Bajé las escaleras con una tenue sonrisa fingida. Dennis ya tenia su mano detrás de su espalda.

No era el mejor momento. El tipo no parecía malo.

_Lo hubieran dicho antes_ se rió y tocó su frente. Respiramos_ por poco y creo que eran ladrones_

Me reí con el sujeto y miré a Dennis para darle una mirada de calma.

_Así que esta joven pareja son los caseros del señor Warms... vaya viejo loco. ¿Y no les ha dicho cuando vuelve?_

_En unos meses_ solté. Sonreí de nuevo y continué_ lo invitaríamos a pasar pero tenemos mucho trabajo aquí_ señalé la casa.

Dennis se pasó la mano por el pelo.

_Si... mucha suciedad_ dijo serio.

El sujeto nos miró y se puso serio.

Muy serio.

_¿Cómo se llaman ustedes?_ joder, más preguntas.

_Yo soy... Susan_ extendí mi mano para saludarle_ Susan Brooks.

Valla nombre improvisado.

_Hola Susan, mi nombre es James. James Doil.

Sonreí y miré a Dennis. Su cara se había convertido en un mar de furia. Sus ojos se posaban firmemente en mi mano entrelazada con la del tal James en el saludo.

Le estaba salvando el pellejo y él solo se enfurecía de repente.

¿Que carajos le pasaba?

_Y él es Dilan_ diablos, estuve a punto de decir Dennis._ Dilan... Prince_

¿Qué?

Dennis me miró con cara de what the fuck.

Bien, hubieras inventado tu propio nombre falso Dennis.

_Es un placer_ sonrió el pelirrojo y extendió su mano para saludarle.

Él lo miró serio por unos segundos y luego con cierto asco le saludó.

_Genial... amm si necesitan algo_ dijo un poco incomodo_ estoy a un kilómetro de aquí y soy soy el vecino más cercano que tienen_

Dennis caminó hacia mí y el tipo solo se subió a su auto viejo y se fue.

_Dilan Prince_ murmuró Dennis mientras veíamos al tipo irse y saludando por la ventanilla. Le copié el gesto, pero Dennis no se movió.

_Estabas a punto de sacar tu arma_

_Si hubiera sabido que me pondrías ese nombre, le habría disparado antes de que se presentara_ se que no fue un chiste, de hecho él se veía muy enojado por alguna razón, pero en verdad fue muy gracioso.

Me reí, lo vi limpiar sus manos con su pañuelo.

_Odio los apretones de mano, son antihigienicos_
De quejó.

_No lo son_ tomé su mano con ambas mías, solo para moletsarlo aun más. Pestañeó y puso su típica cara de sufrimiento.

_No juegues conmigo si luego vas a salir corriendo_ sus ojos vagaron por mí hasta mi cara.

Lo intenté soltar, pero el me sujetó. Otra vez sus manos.

Grandes.

Fuertes.

Cálidas.

Tenía razón.

No podía... no con Dennis.

Desvié su mirada. Él se aproximó.

_Un kilómetro no es lo suficientemente lejos, al igual que unos centímetros no son lo suficientemente cerca_

Respiré con dificultad.

_¿Sugieres que debemos irnos?_ desvié el tema

_No me sorprende que solo hayas escuchado lo primero_
Se quejó.

Quisquilloso.

_¿Por qué estás tan enojado?_
Me soltó. Hasta entonces no me había dado cuenta que seguíamos tomados de la mano.

Suspiró y soltó el aire con brusquedad. Miro a su costado.

Hizo sonar sus labios.

_Olvídalo_ murmuró y entró a la casa.

*

No hablamos en todo el día.

Se veía furioso. Ridículamente furioso.

Lo único que hizo fue caminar por la casa como un fantasma, arreglando los cuadros que estaban torcidos.

Por la noche las cosas cambiaron.

Mejor dicho... empeoraron.

Yo estaba en mi habitación y Dennis en la suya.

Había un silencio inusual afuera.

Ni siquiera había viento.

Pero un ruido seco en la puerta de entrada me hizo pararme de golpe.

Alguien se había metido.