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"Tu beso quema, nena
tu beso quema fuerte
tu beso me envenena
tu cuerpo me enloquece"

Creo que hasta ahora había estado dormida. Solo que no lo sabía.

Solo que no había nada que hiciera un ruido lo suficientemente fuerte como para despertarme. 

Pero entonces... vino el beso de Dennis.

Surrealista.

Hizo un estruendo tan fuerte dentro, que me hizo creer que ya no podría volver a cerrar mis ojos en la noche.

Me quemó. Me quemó y sentí que era un maldito fénix.

Su boca era fuego puro, rudo y experto.

Cuando sus labios fueron a los míos, los devoró como bestia. Con un hambre insaciable. Como si no hubiese besado en mucho tiempo.

Sus manos hirviendo fueron a mi cara ardiendo. Todo era fuego. Todo quemaba.

Dennis abrió mi boca y sentí su lengua tibia.

Labios mojados y suaves. Lengua mojada y suave.

Él me guiaba, él me enseñaba, él lo controlaba.

Me sentí tambalear, sentí me caía en un maldito precipicio, entonces mis brazos despiertos fueron a su cuello.

Respiración sonora. Rujía. Gritaba. Dennis se transformaba en sí mismo en una hoguera viviente.

Atrapó mis labios con tanta sutileza y precisión cual escultor con su obra.

Derribando cada cuota de posible cordura.

Su beso mataba.

Y ya no podía escapar.

Mordió mi labio y se acercó más. Más duro, más fuerte, más cerca... más.

Y cada centímetro de piel que tocaba, era como si pusiera su firma ahí.

Era como si cada toque demandaba que todo le pertenecía. Que todo era de él. Y sólo de él.

Su mano bajó por mi cuello, se deslizó por mi brazo y llegó a mi cintura.

Me sujetó y apretó fuerte y seguro.

Y mi cuerpo no podía responder más que a su cuerpo.

Fuerte, preciso, demandante.

Dennis.

Sus manos me decían que ya no iba a poder apartarme.

Me besó duro y caliente recorriendo mi boca con suma experiencia.

Quería tocarlo. Mi bestia quería tomar más de él. Y ver si reaccionaba así como yo lo hacía.

Muriéndome.

Acaricié su espalda caliente y ancha. Sus hombros. Sus brazos. Y con cada toque el me acercaba más y más.

Creo que a partir de ese maldito beso de muerte, ya no tuve marcha atrás.

Un beso mortal, que me hizo despertar el deseo que nunca antes había sentido, por miedo, por dolor, por mis traumas emocionales.

Y empecé a recordarlo.

Por qué yo era así, por qué me ocultaba bajo mi pelo y mi ropa.
Por qué nadie me había dicho cosas como las que él me decía.

Mi bestia se asustó dejándome sola con Dennis. Y yo sola no podía ganarle. Era una chica enferma e insegura de si misma.

STOCOLM~ (Dennis y Casey)~ SPLiT (Kevin Wendell~James.M)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora