Cinco meses con siete días era el tiempo que había pasado desde lo ocurrido, sin embargo sentía que apenas era un parpadeo;tal vez era el echo de que había estado ocupada todo este tiempo con la escuela, trabajo y algunas salidas familiares.
Suspire.
Ya era media noche y no podía dormir lo cual ya no me era extraño,me la pasaba leyendo libros de romance en noches como esta, lo que provocaba que me levantara tarde y de mal humor pero era la única forma de poder conciliar el sueño.
Estaba recostada bocabajo en mi cama leyendo el nuevo libro que me había comprado mi madre la semana anterior, con la pequeña lámpara encendida a lado de una mesita de noche—ya que si prendía la luz mi madre se daría cuenta de que seguía sin dormir bien—.
Pase de página con cansancio, el sueño me estaba venciendo poco a poco pero aún así la curiosidad de averiguar que paso con el protagonista me mataba.
"Empuñó su espada con fuerza en dirección a aquella chica de ojos verdes aceituna, un demonio como el nunca podría estar con un Ángel como ella por más amor que sintieran,no quería lastimarla ella era el amor de su vida y aún así no tuvo otra opción que renunciar a ese ser tan divino." Leí sintiendo un nudo en la garganta.
Amaba este tipo de historias por el simple hecho de que los protagonistas se enamoraban de una sola persona en toda su vida sin tantos rodeos.
"Ojalá fuera así en la vida real." Pensé cerrando el libro.
Odiaba esto; ahora entendía perfectamente las canciones de mi grupo favorito, no era fácil este tipo de etapas. Siempre sentía que me faltaba el aire y un gran vacío se apoderaba de mi haciendo que me sintiera frustrada y agobiada al mismo tiempo.
Tome el libro incorporandome en la cama,sonreí poniéndolo en la mesita mañana lo terminaría.
—Ana, ¿no te has dormido?—escuche detrás de mi puerta antes de que se abriera.
—no, acabo de terminar una tarea de última hora—mentí
Observe a mi madre cruzar los brazos recargandose en la orilla de la pared; ella no se tragaba ese cuento,sabía los problemas de insomnio que tenía y aún que al principio no les iso caso ahora no los dejaba pasar por alto ya que los comentarios de mi padrastro explicándole las consecuencias de no dormir bien, ya que era psicólogo.
—¿que pasa ana?—pregunto-sabes que puedes contarme cariño.
Suspire con cansancio.
Nunca le contaba a mis padres este tipo de emociones ya que pensaban que aún era joven para entenderlas,sin saber que ya me habían roto el corazón en dos ocasiones.
—dime como te sentiste cuando papá se fue con aquella mujer—solté indirectamente
Ella se sorprendió pero no se inmutó se encaminó hacia mi sentándose en una de las orillas la cama aún con los brazos cruzados.
—sentí que no iba a poder con ustedes tres,pensé que el me seguía amando a pesar del error que cometí—contó— sentía que me ahogaba con mi propio dolor ocasionando que ustedes tuvieran que cuidar de mi—murmuró en un sollozo.
Lágrimas recorriendo mi mejilla al igual que las de ella, aún dolía después de estos tres años.
—perdóname cariño, se que no eh sido la mejor madre todo este tiempo; pero quiero que cuentes conmigo el dia que lo necesites al igual que tus hermanos— dijo limpiando sus lágrimas.
Asenti, sabia que mi madre pasó por mucho en ese tiempo, al punto que tuve que hacerme cargo de mis hermanos y de mi misma.
Mi madre se levantó de la cama para darme un abrazo para acto seguido limpiar el resto de mis lágrimas con las mangas de su pijama.
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Una Segunda oportunidad.
Romansa¿Las segundas oportunidades existirán?. Probablemente no, aunque aveces queremos seguir intentándolo. Ana y Ángel no son la excepción, la diferencia de edad al igual que los conflictos en su relación aran que tomen decisiones apresuradas las cuales...