Advertencia 🔞⚠️
Esta novela contiene lenguaje vulgar, escenas de violencia, abuso sexual, y daño psicológico.
Leer bajo su propia responsabilidad.
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Ésta novela transcurre en un ambiente donde el crimen y la legalida...
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Calíope
El muy hijo de su buena madre me envió una hermosa caja negra decorada con listones rojos, sobre ella hay una invitación igual de grande para cenar.
Hermosa diosa ¿Me haría el honor de cenar conmigo? Prometo hacerte sentir bien y cómoda.
Gracioso, parece una invitación pero imagino que el verdadero mensaje es.
Hermosa mujer que me quiero follar, cenarás conmigo, no tienes nada más que hacer.
Soy una maldita paranoica, veo problemas dónde evidentemente no existen. Lo más extraño del secuestro es que me siento a salvo con él, es decir, no representa un peligro para mi vida. Si, es ridículo pero siento cierta confianza hacia él, hasta puedo asegurar que no me hará nada. Si el caso fuese otro, ya me habría violado y asesinado.
Estoy aquí desde hace unos días, no sé cuántos exactamente, para mí es paso de las horas ha sido muy lento. He tenido privacidad, nadie ingresó sin mi permiso. Incluso Constantino llama antes de entrar, es muy...educado.
Un secuestrador con educación... ¡Eres ridícula Calíope!
Mi estúpida consciencia me recuerda lo idiota que puedo ser ¡Pensar bien de mi secuestrador! ¿Estocolmo? ¿Eres tú?
Definitivamente
En fin, siguiendo con la línea anterior - previo a la interrupción de Rigoberta- he tenido permiso de conocer la mansión y salir al jardín, siempre en compañía de mi guardaespaldas. Es un joven muy apuesto y simpático, he entablado una buena relación con él; inesperada fue la reacción de Constantino ante mi acercamiento con Gabriel, se puso furioso e intento "despedir" -lenguaje de la mafia" a mi nuevo compañero de historias, no lo permití y con un poco de persuasión dejó que conservara su puesto.
¿Rigoberta? ¡Es horrible ese nombre! Parece el de una vieja del 1800.
El sonido de mi estómago retumbando por la habitación - culpa de mi berrinche- me trae a la realidad y con ello mi vista se fija en la caja que todavía sigue sobre mi cama. Ya que, no tengo nada que perder.
¿La vida?
Idiota e inútil consciencia.
Mis manos desatan casi con miedo el hermoso moño, una vez hecho eso, quito la tapa y mi respiración se atasca al ver el atuendo que Constantino preparó para mí, sobre el exclusivo vestido hay otra nota.
Lo elegí personalmente, eres libre de decidir si lo usarás o no. Incluso una sábana sería único en ti.
Vaya que tiene talento para hacer latir el coño de una mujer, digo, el corazón. No hay brusquedad en sus palabras, es tranquilo y hasta...cariñoso. Constantino ha llamado mi atención desde que lo ví en el PH de los hermanos, si, soy una puta que no se conforma con 4 vergas, necesita una más.
