V [EXTRA]

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Aún en ese horrible lugar, se iban a fundir en un dulce beso cuando

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Aún en ese horrible lugar, se iban a fundir en un dulce beso cuando...

Esperen; recapitulemos.

Otra mañana más en la que me desvelé. ¡¿Por qué el querer enamorar a Kirishima es tan difícil?!
No se me ocurre absolutamente nada. Invitarlo a una cita: muy cursi, llevarlo a ver el atardecer: muy cliché, decirle cuánto lo amo: simplemente no, ¿qué opciones me quedan? ¿Llevarlo a un concierto? ¿Me daría atención siquiera en un concierto? Lo llevaría a algún lado, ya que pronto vamos a tener vacaciones de invierno por navidad... ¡EXACTO! ¡Podría llevarlo a la montaña!
Si no me equivoco, había mencionado que siempre quiso escalar una...
Genial, ahora solo tengo que buscar la forma de llevarlo. Podríamos reservar una habitación en alguna cabaña, y darle el regalo de navidad allí; no sé qué darle, pero al menos ya tengo un plan. Supongo que voy a tener que tratarlo bien... si pelos de incendio no tiene ningún sentimiento romántico, me voy a tener que dar por vencido, no quiero ser egoísta, pero tampoco me quiero hechar para atrás.

Tras esta gran bola de pensamientos, miré el reloj y me vestí rápidamente para ir a la UA, al terminar agarré mí mochila y salí de mí habitación. Como volvió a ser usual, esperé a Kirishima un rato, ya sospechaba que se había quedado dormido. Invalidando mis sospechas, Eijiro salió listo para irnos.

–Apúrate o llegaremos tarde.

–Buenos días para ti también, Bakugou.

Luego de corresponder a la bella sonrisa del pelirrojo... digo, a la sonrisa de Kirishima, salimos del dormitorio hablando de trivialidades, ambos llevábamos guantes, puesto que nevaba y hacía mucho frío, así que pensé en agarrar su mano, para que no tenga frío, claro. Estiré mí meñique alcanzando a rozar su mano, pensé que la iba a alejar, pero al contrario me sonrió y tomó la mía.
Al llegar a la academia nadie noto nuestra atadura, pero de todas formas al entrar al aula nos separamos para ir a nuestros bancos. Fue otro día como cualquiera, nada interesante. Lo único que sí lo era, es que fue el último día antes de vacaciones de invierno, por lo que al salir de la academia fui directamente al dormitorio, pensé en buscar lo más rápidamente algún lugar para quedarnos. Afortunadamente, encontré una cabaña en una montaña no muy lejana y a un precio accesible, así que la reserve para el 23 al 26 al mediodía. Ahora solo faltaría el regalo... Mierda. ¿Qué carajos le puedo dar? Ni de casualidad le preguntaría a Kaminari, menos a Mina, tampoco a Sero, ¿debería preguntarle discretamente a Kirishima qué quiere? No tengo más opciones, no le quiero dar algo que no le guste de todas formas.

Dispuesto, salí de mí habitación para pararme frente a la puerta de al lado y tocar. Esperé pero no salía, lo había visto entrar a la habitación y nunca escuché que haya salido, así que definitivamente debería estar adentro. Agarré el pestillo y me dí cuenta de que la puerta estaba abierta, mí corazón dió un pequeño vuelco al pensar las mil millones de cosas (malas) que le podrían haber pasado, pero volví a respirar cuando lo ví dormido en su cama. Decidí no despertarlo, así que dí una vuelta a su habitación para ver si podía pensar en algo. Su habitación gritaba "hombría", literalmente, así que no se me ocurrió nada. Dejándolo ahí, fui a mí habitación y miré artículos variados como inspiración, junto antes de cerrar la página encontré uno que decía "pulseras compartidas personalizadas". Kirishima es alguien que valora los vínculos, y pensando en mí propósito me pareció un buen regalo... una pulsera roja que diga "k" y una naranja que diga "b", era genial.

no me molestas, idiota | kiribakuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora