Midoriya Izuku.
Un omega, a 2 meses de cumplir 19 años. Tiene un corazón que quedó dañado desde niño y ahora solo conoce la soledad y crueldad del mundo.
Bakugou Katsuki.
Un alfa de 23 años, empresario y bastante apuesto; el pasado no ha sido del t...
Rápida aclaración que se me olvidó hacer en el capítulo pasado: Las ilustraciones de los separadores no son mías, creo que muchos reconocerán ese estilo de dibujo tan hermoso.
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Miércoles 3:50 a.m.
Despertó de golpe sentándose en la cama, y mirando alrededor. De nuevo aquella pesadilla.
Se limpió el sudor de la frente y miro el reloj de la mesa de noche, marcaba las 3:50 de la madrugada. Genial. Faltaba mucho para que sonara su alarma y el ya estaba despierto. Podría volver a dormir, pero estaba esa posibilidad de tener la misma pesadilla de antes, por lo que simplemente optó por distraerse en el celular hasta que fuera tiempo de levantarse.
O al menos ese era el plan, no supo en qué momento volvió a dormir y al ver el reloj habían pasado 15 minutos desde que sonó su alarma, la cual por cierto ni siquiera escucho. Se levantó meramente por el olor tan delicioso del desayuno. Con prisa se arreglo y acomodo sus cosas, cepillo sus dientes y se lavó la cara; ya no tenía tiempo para darse un baño, aunque tampoco es que quisiese, se consideraba "Team bañarse de noche".
Salió tras tomar sus cosas, encontrándose con un Todoroki que salía... ¿Del cuarto de Bakugou? El pecoso lo miro cuestionante.
—¿Seguro que...?—
—No, Midoriya. No somos pareja.— interrumpió el heterocromático. El omega alzó los hombros y bajó las escaleras, el alfa siguiéndole.
—Tarde.— recalcó el alfa cenizo, frunciendo el ceño mientras colocaba los platos en la mesa.
—Sabes Kacchan, no te ves muy intimidante con un delantal rosa.— El omega se agacho cuando vio una espátula salió disparada en su dirección, directo a su cabeza. Miro al alfa con incredulidad. —¿Apuntaste a mi cabeza?—
—Si un imbécil no mezclara blancos con ropa de color, seguiría teniendo su puto color original.—
Shoto hizo oídos sordos mientras comenzaba a comer. Deku hizo lo mismo tras ser ignorado con su pregunta; momentos después, Bakugou los acompañó mientras se quitaba el delantal y se lo aventada en la cara al heterocromático, alegando que debía comprarle uno nuevo o mataría a Deku en su próxima burla.
Deku le pidió con una sonrisa llena de terror, que por favor comprara otro. Temía que su cabeza no sobreviviera la próxima vez; y definitivamente no se resistiria a hacer más burlas.
Shoto suspiró.
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