Midoriya Izuku.
Un omega, a 2 meses de cumplir 19 años. Tiene un corazón que quedó dañado desde niño y ahora solo conoce la soledad y crueldad del mundo.
Bakugou Katsuki.
Un alfa de 23 años, empresario y bastante apuesto; el pasado no ha sido del t...
Hay escenas algo explicitas en partes de la historia. Pondré una advertencia y cuando acabe la escena estará "🌸" esto.
Un tiburón, un pikachu y una... ¿Oruga?
...
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8:50 p.m.
Actualmente estaban cenando, en silencio, los tres demasiado concentrados en sus alimentos, o así era por parte del omega, que estaba tan deleitado y a gusto, que soltaba feromonas de alegría con un olor (malditamente) dulce, lo cual resultaba (jodidamente) placentero de oler para los alfas, que lo observaban detenidamente, sintiéndose inconscientemente satisfechos de tener al omega contento. Esto último pasó completamente desapercibido por el pecoso ya que, como se mencionó antes, estaba centrado en su hamburguesa.
—Oye bastardo, ve por el postre del refrigerador.— ordenó Katsuki hacia Todoroki mientras este se levantaba lanzando una breve mirada de advertencia hacia Katsuki, provocando un gruñido en el otro alfa. Shoto decidió pasarlo por alto e ir por dicho postre.
—Oi Deku, mañana iremos a la empresa.— comunicó Bakugou.
—¿Empresa?—cuestionó el omega mientras su mirada se desviaba al postre que traía en manos el bicolor.
Era un delicioso cheesecake de mango, se veía muy bien hecho e incluso decorado en la parte superior.
—Si, planeamos llevarte a conocer el edificio y algunas personas.— continuó Todoroki mientras cedía el postre a Katsuki para que lo cortará.
Aquello último llamó la atención del omega haciendo que le entrará un repentino pánico, causando una sacudida en su aroma.
—No quiero.- espetó.
—No te pregunté.— respondió Shoto, repentinamente molesto.
En ese momento Bakugou les deslizó su plato con sus rebanada del postre para desviar la atención a algo más y calmar lo que podía terminar en algo incómodo. Ambos jóvenes se centraron en su postre y después de observar el curioso, pero perfecto patrón que se formaba al interior, decidieron comerlo, quedando muy satisfechos con el sabor. Delicioso. Ni muy dulce pero tampoco con poco sabor.
—Y el lunes entras a clases.— informó el alfa cenizo.
—¿Clases?— cuestiono Izuku— ¿En una escuela? ¿Real?—
—¿Pues a donde más imbécil?—
—Waa~ Hace años no voy a una escuela real, tenía 7 la última vez que fui a una.—
—...—
—Midoriya, ¿Cómo terminaste en el orfanato?— hablo Shoto.
—...—
—...—
—Bastardo, ¡acordaste no preguntar!— dijo Bakugou en un susurro alto.
