↭Mini historias, One-Shots y cositas Auronbowl en torno al juego del calamar.
↭Hay contenido sexual, fluff, etc.
↭Créditos del dibujo a @JotaPlay_ (en Twitter)
Resumen:Auron y Rubius son VIP'S que, desinteresados por los Squid Games, buscan otras formas de pasar el rato.
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🍯 En este One Shot Auron es rubio. Lo digo para que no se pierdan.
Palabras: 2,500.
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El anfitrión les instó a que se pusieran cómodos y se relajasen. Otros VIPS le tomaron la palabra, pero Auron tenía una imagen que mantener. Se arregló como si fuese a asistir a una gala de las que acostumbraba en su vida cotidiana; un traje de dos piezas ceñido a su silueta, zapatos brillantes y mancuernas de oro con las que su antifaz podía combinar. Su esmero no pasó desapercibido por los presentes.
Komanche, como se hacía llamar el VIP del venado, le atosigó en el momento justo que cruzó el umbral. Le habló de cosas que no le interesaban, le pasó cóctel tras cóctel y se vio libre hasta que los juegos comenzaron. Ahí, huyó, disimulando, hacia el asiento más alejado que había, en un rincón. Al hacerse con su puesto, la competición arrancó. Prestó atención los primeros veinte minutos, pero al término de ese lapso, estaba harto. No quería estar ahí, para empezar.
Cerró los ojos con hastío un momento y, al abrirlos, se dio cuenta que alguien se dirigía a él.
—¿Puedo sentarme contigo?
Auron alzó el rostro, mirando al hombre que le había hecho la pregunta y le había tomado desprevenido. Se trataba del VIP de la máscara del oso, un tipo de cabello blanco, ojos verdes y piel pálida. Si bien no le conocía, sí que se había detenido a estudiarle desde que llegaron a la isla para presenciar los juegos. Era altísimo, además de enigmático y reservado. En el tiempo que llevaban cerca, rara vez le escuchó entablando conversación con alguien.
—Como quieras —contestó, encogiéndose de hombros.
El VIP le sonrió. Aún con la máscara puesta, Auron notó que sus ojos se achinaban por el gesto.
—Me llamo Rubén —le informó, sentándose cerca, tanto que sus piernas estaban pegadas entre sí. A continuación, le extendió la mano derecha—. Mucho gusto.
—Igualmente —devolvió el saludo, manteniendo las formas y la educación—. Aunque, si quieres que te diga mi nombre, esperas demasiado.
Rubén le volvió a sonreír.
—Oh, tranquilo. No espero que me lo confíes.
—¿Entonces tú para qué me dijiste el tuyo?
—Me urge que lo sepas.
Auron le contempló con extrañeza, lamentándose. Le había tocado el raro de turno. Poca cordura debía esperar en un lugar donde se realizaba una competencia descarnada de supervivencia, es verdad, pero su personalidad amargada muchas veces chocaba con las excentricidades de sus congéneres adinerados. Para muestra un botón: el salón de ocio para VIPS era una oda a lo extra. Había comida dispuesta en bandejas de oro al puro estilo de la monarquía medieval, algunos VIPS ni siquiera se preocupaban por denotar formalidad. Por ejemplo, Komanche. El tío vestía una pomposa bata de terciopelo rojo, mientras recibía atenciones de una señorita, ahí, a los ojos de todos.
