Mi abuela .Primera Parte.
Una mañana de Abril de 2005, con 3, 750 kg, pelos parados y un llanto que casi deja sorda a la partera, nacía Sofía.
Su mama le puso Sofía por una canción que le gustaba y su papá la apodó cariñosamente, y porque también le gustaba, "Colo" cuando la vio .Nadie entendía de donde había sacado Sofi pecas rojas, rulos rojos y esa tez tan blanca. Jorge y Ana, los papas de Sofi, tenían pelo marrón y piel mate. Y de pecas ni noticias.
Desde que se casaron, pasaron siete años hasta que por fin le agarraron a Ana los mareos y las ganas de comer brócoli a las 2 de la mañana. Era tan esperada Sofía por sus papas, que el día que nació, invitaron a tantos familiares y amigos a que la conozcan, que tuvieron que hacerlos sacar un numero para entrar a la habitación y hacer una fila en la escalera de emergencias ,como les pidió la enfermera, así no molestaban al resto de los pacientes con los cuchicheos alterados.
Francisco, el primo mayor, que era daltónico, cuando fue a visitar a su prima recién nacida al hospital, le dijo a su mama:
- Mira mami, es toda verde, que linda, se parece a un pitufo!-y todo emocionado le dio un besito pegajoso en la frente.
Nadie pudo contener la risa, sobraban las explicaciones.
_Que les pasara a todos?-Fran estaba confundido-Uff, otra vez me perdí el chiste, siempre me pasa lo mismo.
Hoy, varios años después, todavía lo gastan por ese comentario. Solo que ahora él también se reía de el mismo. Ya se acostumbró a su daltonismo, y ya no le enoja que le hagan chistes con eso, es más, es él el que bromea a sus compañeros metiendo goles en contra diciendo que no distinguió el color de la camiseta del equipo contrario y se ríe solo, viendo las caras de furia de sus amigos, se divierte con cosas como esas.
Eran nueve perfectos años los que Sofía tenía cuando, a pedido de sus papas, mejor dicho de su papa, se fue al campo de la abuela paterna para ayudarla a embalar sus cosas y mudarse a la "gran ciudad" , como decía siempre todo el mundo ahí.
-¿Porque eso de la "gran cuidad" y no, cuidad y punto? -Interrumpió preguntando Sofi con cara de ¿Qué se hacen los agrandados los que viven acá? Cuando su papa con gesto de estar hablando de algo importantísimo le propuso lo del viaje al campo.
-Porque es grande Sofita, porque es grande- le dijo un tanto irritado por demás contesto el papa con ganas de seguir hablando de lo anterior.
-Como cualquier otra cuidad pá, tampoco es para creérselas ¿No es que todos dicen que hay que ser humilde?- con tonito peleador mientras se pintaba las uñas con un esmalte nuevo, fucsia brillante, le contesto Sofi haciéndose la grande.
-Si, como cualquier otra, pero ahora atendeme bien lo que te voy a decir- y empezó el sermón de que sería muy importante para la abuela, que sea ella quien la ayude a transitar ese momento de mudanza, porque era su nieta preferida y blablablabla.
También dijo algo como que la abuela además, quería compartir con ella algo especial. Ahí si empezó a prestar atención Sofi cerrando el esmalte y soplándose las uñas.
-¿Algo especial como que pá? ¿Me va a regalar algo? ¿Es la cajita de música de ella cuando era chica, que le vengo pidiendo hace mil? Al fin! Estaba rota pá... ¿me la arreglas? ¡Ya sé donde la voy a poner!-Se embalo con esa idea y dio por obvio que hablaba de la cajita sin que nadie le diga ni una sola palabra.
-Para variar, totalmente intrascendente -renegaba el papa entre susurros poniendo los ojos en blanco intentando controlar la paciencia.
Le reventaba que cuando estaba hablando de algo importante Sofi salte con esas pavadas intranscendentes, como le gusta decir a él, que a nadie le importan y se haga toda la película con algo que no es, digna nieta de su abuela.
-¿Que es intrascendente, papa?-le pregunto Sofi al escuchar su cuchicheo.
El papa no noto que dijo eso en vos alta sin darse cuenta y enseguidita se arrepintió del descuido. Ufff, se venían más explicaciones.
-Es algo que no viene al caso ,que si pasa o no pasa, es lo mismo ,que no modifica lo que te estoy diciendo ahora-abrevio el papa.
-¿Cómo no va a modificar si anda o no anda la cajita? ¿Para que la quiero si no anda?-en realidad si la quería, ande o no, le encantaba.
-No hablo de ninguna cajita y ella tampoco hablo de ninguna cajita, hablo de que tenés que ir a ayudarla y punto- ya con mala onda dijo el papa. Y siguió explicando...
-También se me ocurrió pedirle a Fran que te acompañara para que dé una mano. Pero me mando a freír churros .Me mano a decir por tu tía Xime que estaba ocupado, que tenía una cita con una chica. Asique no queda otra y vas sola. Ya te saque los boletos y viajas mañana-Se apuró en decir el papa para no soportar más interrupciones.
-Si claro, una "cita", no le creo nada, seguro que se fue a jugar al futbol con los amigos y uso lo de la chica de excusa y quedar como un galán_ le reprochó Sofi a su papa .Ella estaba segura que no se trataba de ninguna cita, sino la hubiera llamado para pedirle ayuda con la ropa, como lo hacía siempre que se quería ver bien, porque con este temita de daltonismo se ponía cualquier cosa. Una vez se fue de compras solo y se compró un pantalón lila, y lo combino con una camisa verde militar, zapatillas violetas y un sweater mostaza. A partir de ese día Sofi le hizo prometer que siempre que tenga que ir de compras o que quiera salir con una chica la llame antes. Y así fue. Cada tanto, por lo general los viernes a la noche, Fran le manda un whatssap con la foto de lo que se iba a poner y no se empezaba a vestir hasta que Sofi le daba el okey.
-A bue, veo que no tengo opción, no me importa, voy porque la quiero a ella y a la cajita y a la torta-toda chocha se fue Sofi a bañar.
-Igualita de celosa a la Clota me saliste-le grito el papá por el pasillo mientras se iba.
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Abuela.
Teen FictionHistoria de amor del bueno, una abuela, unos nietos, un secreto. Magia, fantasía, ilusión y un legado.