• C A P Í T U L O 1 •

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Seis meses después

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Seis meses después...

Jamás imaginó que en su vida tendría que pisar un lugar tan deprimente y desagradable como lo era la prisión. Pero ahí estaba, su necesidad lo había llevado siete kilómetros al norte de Seúl, para ser precisos a la provincia de Gyeonggi en donde la edificación carcelaria se abría paso en medio de una zona completamente despoblada. A su alrededor no había más que terreno desolado estratégicamente elaborado pues no había ni árboles, ni arbustos ni nada que impidiera la visibilidad por si algún osado lograba escapar no tuviera oportunidad alguna de esconderse, algo verdaderamente absurdo y ridículo para muchos pues esa cárcel era de máxima seguridad, la más resguardada e infalible del país, ahí los custodios que vigilaban la periferia de aquel lugar tenían la irrevocable indicación de disparar a cualquier recluso que saliera del lugar sin previa autorización, poco importaba si morían en el acto.

No era un condenado, pero ahí estaba, él, el segundo joven más rico de toda Corea del Sur después de los hijos de los dirigentes del país, heredero de una fortuna incalculable resultado de los múltiples negocios que su abuelo y su padre habían fundado muchos años atrás. Negocios que siempre creyó seguían las normativas de conformidad con la ley, y que así era en la mayoría de los casos. Sin embargo, con el recién secuestro de su padre en manos de uno de los delincuentes más peligrosos del país, se enteró que su familia también llevaba a cabo negocios clandestinos completamente ilegales no solo en su país sino en diferentes regiones del continente asiático. Con lo duras que eran las leyes en Asia y a su padre se le ocurría hacer negocio con los malos.

Tan grave y peligroso era su caso que rebasaba por completo a las fuerzas policiales del estado, y ni siquiera Fuerzas Armadas de la República de Corea, por el supuesto temor de ocasionar una guerra civil, se atrevía a meterse directamente con Jung Hoseok, asesino, secuestrador, violador, traficante de armas, drogas y personas, mejor conocido como "El gran J-Hope", un nombre irónico, teniendo en cuenta que ese hombre era el responsable del rapto de su padre. Por eso, necesitaba que alguien lo ayudara a regresar a su padre con bien a casa.

Precisamente ese motivo lo había llevado a la peor prisión del país, que, a pesar de ser de máxima seguridad, tenía la fama de que en su interior los reclusos sufrían de verdaderas torturas dignas de la época de la inquisición en Europa. Pero ahí era donde podía encontrar a la única persona que era capaz de enfrentarse al criminal que tenía a su padre, necesitaba de su ayuda y estaba dispuesto a pagarle cualquier cantidad que aquel hombre exigiera con tal de salvar la vida de su padre.

 Pero ahí era donde podía encontrar a la única persona que era capaz de enfrentarse al criminal que tenía a su padre, necesitaba de su ayuda y estaba dispuesto a pagarle cualquier cantidad que aquel hombre exigiera con tal de salvar la vida de su ...

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Asesino a sueldo || VKOOKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora