No es una Madrigal

Hijo de la Luna.

Mirabel lo intentó, ella puso su sangre y sudor en sus planes de ser un cupido... pero no lo estaba logrando. 

¿El problema era Camilo o Selene? No tenía idea, pero nunca lograba avances. Estaba a segundos de empezar a pedirle ayuda a toda la familia, aunque suponía que realmente no podrían hacer mucho por esto. 

Después de todo siempre fue Selene la que ayudaba a los Madrigal, no al revés.

Ella necesitaba mucha paciencia para seguir con esto, además aún tenía que demostrar que era alguien que puede ayudar aún sin un don. 

Se levantó con entusiasmo, "hablo" con la casita y se preparó para sus misiones del día. Ser de ayuda para el pueblo, una Madrigal ejemplar e inventar algún loco plan con Toñito para que Camilo y Selene se acercaran. 

Toñito era el único que entendía ese sentimiento de querer juntarlos, porque ellos se negaban a sus sentimientos y nunca confesaban nada. 

- Dios, te lo pido... No importa cuál sea, que se den cuenta de sus sentimientos - Susurro Mirabel mientras ponía algunos platos en la mesa. 

- ¿Quién tiene que darse cuenta de sus sentimientos? - Preguntó con curiosidad Dolores cuando llegó a la cocina, fue la primera en llegar. 

- Yo - Mirabel vio a su prima - ¿Selene?

- ¿Selene y...?

- ¿Ca-Camilo? - Mirabel miró en todas direcciones, esperando que no la hubieran escuchado, para su suerte aún nadie había bajado. 

- ¿Intentas que mi hermano se confiese? - Dolores empezó a reír con un poco de diversión - Suerte con eso, es demasiado distraído para darse cuenta... Y se le nota desde que tiene cinco años. 

Dolores solo dio una sonrisa con burla, escuchó algo de repente y comenzó a ayudar a su prima. 

- Vienen bajando los demás - Le susurro cerca a la de lentes - Suerte.

Mirabel proceso todo, se quedó un momento ahí, completamente quieta ¿Cuántos sabían sobre eso? Quizás si era demasiado notorio y no le haría mal el pedir ayuda. 

Cuando todos estuvieron sentados Dolores la miró y con sus ojos le dijo que viera a su hermano. Camilo parecía inquieto, no había tocado el plato y solo buscaba a una persona. Una persona que claramente aún no estaba sentada en la mesa. 

- ¿Selene no bajará? - Luisa soltó una risa mientras se burlaba porque Camilo seguía con la mirada en ese asiento.

- Quien sabe - Respondió Isa - Ella suele levantarse mucho más temprano que todos aquí, quizás ya se fue... O quizás está con alguien. Siempre se le han acercado mucho en el pueblo. Ya saben, desde que llegó conquistó algunos corazones - Mirabel vio a sus hermanas y a su prima con impresión.

Ok... Tal vez si era muy notorio.

Quizás ella no era la única que se las daba de cupido... ¿Si todos lo notaban... por qué su amiga y su primo no?

- Oh - Camilo bajo la mirada a su plato - Sí, eso... conquistar corazones...

Pepa y Félix vieron a su hijo con cariño.

Todos dieron un fuerte suspiro mientras Alma los veía, suponía que la mayoría de sus nietos ya estaba en la edad de comenzar a sentir algo así... Menos Toñito, claro. Aunque al que más se le notaba era a Camilo.

Lo cual era raro, se supone que estaban preparando dentro de poco una fiesta de compromiso para Isa... Pero Alma no recordaba haber visto a su nieta de la misma forma en la que se encontraba Camilo.