La noche en que te conocí

666 52 1
                                    

Vancouver, Canadá. 01 de Septiembre 2018.

La visita de Ulises ha logrado que me dedique a dos cosas:

· Escribir los artículos para el periódico.

· Leer alguno de más de cien libros que alguna vez compró Cheryl.

Verónica, mi hermana mayor, llegó de visita hace un par de horas atrás; sin embargo, luego de su sermón de siempre: "La vida continua Toni; es tiempo que avances porque no siempre estarás en esta situación tan deprimente" se marchó para encargarse de mis compras en el supermercado y traerlas al día siguiente.

Camino hacia la ventana que acaban de reparar y observó la noche llegar a la ciudad; sonrío pensando en que quizás ella se encuentra en otro lugar, en otro universo viendo lo mismo que yo. La canción de Bruno Mars empieza a sonar en la radio y el nudo de la garganta se hace presente —¿Te veré nuevamente? —susurró mientras me siento observando la luna iluminar las calles, la luna nuestro satélite musas de muchos poetas, el fiel resguardo de los amantes en sus noches y el testigo de mis comentarios por las noches.

Sé que estás en algún lugar, en algún lugar lejano. Te quiero de vuelta, mis vecinos piensan que estoy loca pero no entienden que tú eras todo lo que yo tenía.

Aquel día la terapeuta había llegado puntual a nuestra cita semanal pero después de tres horas simplemente se marchó como todos, pero de alguna manera me causaba alegría saber que se había marchado junto con sus preguntas agobiantes.

Por la noche, cuando las estrellas iluminan mi habitación, me siento sola.

Me concentro en el artículo para el periódico, pero de un momento a otro observó detenidamente el entorno y realmente no había cambiado tanto, seguía siendo el mismo lugar de hace un año sin embargo era notorio la ausencia de Cheryl y aunque odie admitirlo me había acostumbrado ya a su ausencia, había costado, pero con el tiempo logre adaptarme puesto que desde que se marchó la cama luce más grande, la habitación es más silenciosa, las tardes son más largas y las noches más cortas, detestaba sentirme de esta manera porque a pesar de que todos mis amigos tratan de hacerme sentir cómoda y feliz, sé que muy en el fondo todo era mejor cuando estabas tú.

Cierro los ojos por un momento al sentir el viento acariciar mi rostro, el olor a carne asada se cuela en mis sentidos ¡La feria ha empezado!, una sonrisa se hace presente al recordar la noche en que nos conocimos que sin duda fue un evento magistral en mi vida, aquel momento exacto en que el tono marron de tus ojos se conectó con el cafe de los míos, aquella sensación ha sido la mejor experiencia que he tenido en mi corta vida. Me río al pensar que mis amigos consideraron que nuestro amor fue a primera vista, pero puedo afirmar que no fue de esa manera, la primera vez que vi a Cheryl no fue amor a primera vista, pero, algo que si puedo decir es que desde el primer momento la conexión inexplicable que nos atrajo inmediatamente como imanes y fue esa conexión la que nos hizo hablar como si nos conociéramos por años. Nuestro amor se fue moldeando con el paso del tiempo y fue gracias a ello que descubrí que Cheryl era todo lo que mi alma necesitaba.

La noche en la que nos conocimos había sido un día espantoso laboralmente hablando o como diría mi hermana Verónica: era como tener un fuertísimo dolor en el trasero; mi trabajo en ese tiempo era el más nefasto posible siendo asistente de una persona prepotente, narcisista y mal educada como el Sr. Honey, este sujeto es el claro ejemplo de la típica persona que siempre debe tener la razón (Aunque no la tenga); claro siempre estaba la opción de renunciar pero algo que no te dicen cuando creces es que la vida adulta es espantosa, tenia que resistir hasta encontrar algo mejor y poder seguir adelante lejos de él. Ese día en especifico luego de una humillación de parte del Sr. Honey decidí cambiar de ruta para llegar a casa, camine sin rumbo alrededor de una hora por las tranquilas calles de la ciudad hasta llegar a la intersección de dos avenidas en donde en la esquina de estas se encontraba una cafetería de veinticuatro horas con aspecto de los años 50, como polilla al fuego me adentro en aquel lugar sin pensar que mi vida estaba a punto de cambiar completamente.

Homesick || ChoniDonde viven las historias. Descúbrelo ahora