Coincidenza

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Por fin Gio había mejorado y había vuelto al trabajo, pero al haber faltado por tanto tiempo, tenía una gran carga de actividades que la mantenía bastante ocupada.

No había vuelto a aquella calle desde hacía más de un mes.

Un buen día, estaba libre. Era sábado y a pesar de que tenía muchas ganas de salir a escuchar a la banda y comer un gelato, se sentía muy cansada y decidió dormir hasta tarde y después pasar el día viendo películas.

Ese mismo día alrededor de las siete de la noche, recibió un mensaje de una de sus amigas en el que ponía:

Bianca

Hola Gio!!

Espero espero te sientas bien hoy. Sé que es tu día de descanso, así que me preguntaba si quieres acompañarme a una fiesta.

Será algo tranquilo. Si te animas a ir paso por ti en dos horas.

Conocía a Bianca y sabía que no sería algo tranquilo pero estaba de buen humor, así que contestó:

Giorgia

De acuerdo. Nos vemos en dos horas.

Terminó de ver una película y se metió a bañar.

La verdad es que era una apasionada de la moda y cuando se sentía con ánimo y salía, le gustaba vestir bien. Algo más que jeans y una camiseta.

Además de eso, el padecimiento que tenía no le permitía usar pantalones ajustados por mucho tiempo; así que optó por un top negro tipo corset y una falda de cuadros blanca con negro.

Además se puso unas medias de red y unas botas negras y se maquilló con delineado negro y labios rojos.

Al tener el pelo tan corto, sólo lo cepilló y quedó lista.

A las 9:15, Bianca tocó la puerta de su apartamento; bajaron juntas y se fueron a la fiesta en la moto de su amiga.

La fiesta que sería algo "tranquilo" era por supuesto todo lo contrario.

Era en una casa algo antigua en el centro de la ciudad.

Por lo que Bianca le contó, era propiedad de una familia adinerada, cuyos hijos gozaban de organizar fiestas e invitar a casi cualquier persona con la que se toparan. Bianca, de hecho había conocido a uno de ellos en una cafetería, se habían sentado a platicar y al despedirse él la había invitado a la fiesta.

Ella ni siquiera recordaba el nombre del chico, pero sí había descrito a Giorgia que era muy guapo.

Llegaron al lugar y entraron sin ningún problema, pues no había nadie que controlara a quien entraba o salía.

Tenía tanto tiempo que Gio no salía a una fiesta así, que se propuso divertirse y pasarla bien en la medida de lo posible.

Estuvieron bailando y bebiendo; por supuesto no faltaba quienes se acercaban a coquetear, pero ellas no estaban particularmente interesadas en nadie.

Pasado un rato, Giorgia se separó de Bianca para ir al baño y en el camino se topó con una que otra cara conocida, del trabajo, del modelaje, amigos de amigos...

Tardó un poco en hallar el baño y cuando por fin lo hizo, se dio cuenta de que era no era un baño de casa, era algo más de restaurante o escuela.

Entró y se encontró en los lavabos con una rubia que le pareció familiar y cuando se percató de quién era, decidió saludarla y presentarse por fin.

- Emm, hola- la rubia la miró algo confunfundida-, soy Giorgia. Probablemente no me reconozcas, pero te he visto tocar en la calle con una banda.

- Ah, claro. Ya te recuerdo; sueles quedarte mucho rato y siempre nos dejas algo de dinero. Por cierto, tiene tiempo que no te vemos por ahí.

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