Viendo Rojo

El temor de Dios

El ciclo de noticias se ejecuta en un bucle constante, pero Alex permanece encorvada, con los brazos apoyados en los muslos mientras mira intensamente la pantalla. Está asimilando cada historia, cada imagen. Es la única forma en que puede acercarse a Kara ahora. No levanta la vista cuando ve una taza de café en su periferia, solo extiende una mano hacia un lado para tomarla.

J'onn se hunde en el lugar junto a ella, exhalando lentamente mientras lleva la taza de chocolate a sus labios. Es tan bueno verlo de nuevo en pie, completamente recuperado de su espantosa pelea con Kara—El crimen es casi inexistente en National City ahora—

Alex frunce el ceño—Ojalá fuera el resultado de algo positivo—Las bajas tasas de delincuencia emocionarían a cualquier persona decente, pero las calles no son pacíficas. La gente está más dividida que nunca, con extraterrestres y simpatizantes de extraterrestres contra los xenófobos y los Hijos de la Libertad. Todo mientras un ser mortal con el poder de los dioses vuela por encima, repartiendo justicia y dejando un rastro de cuerpos a su paso. No duda, no cuestiona, sólo busca borrar lo que considera una mancha intolerable en su perfecta imagen del mundo. Los criminales que una vez vivieron descaradamente ahora se esconden en las sombras, temerosos de su versión retorcida de la justicia.

Inmediatamente después de un zumbido, Alex toma su teléfono de la mesa de café y vuelve a fruncir el ceño cuando solo es una notificación de la aplicación en su pantalla. Durante la semana pasada, hizo todo lo posible para comunicarse con Lena. Las respuestas del CEO siempre fueron breves y pocas veces, pero buscaban asegurarle que todo estaría bien.

Incluso a través de mensajes de texto, puede decir que Lena está ocultando algo, algo que la preocupaba profundamente. Abre el último mensaje no leído que le envió a Lena, con la esperanza de ver algún indicio de que la mujer más joven está escribiendo.

[Alex Danvers 11:34 a.m.] Está bien si no estás bien, Lena. Por favor, no tienes que decirme dónde estás o qué estás haciendo, pero quiero que sepas que estoy aquí para ti. Si alguna vez necesitas hablar, llámame.

—Superaremos esto—dice J'onn en voz baja, con los ojos aún enfocados en las imágenes de Kara dejando caer la furgoneta de escape de los ladrones de bancos desde varios cientos de pies en el aire. Todos murieron en el impacto.

Alex se acerca y coloca una mano sobre el puño fuertemente cerrado de J'onn—Lo sé. Es solo... difícil sin Kara. Incluso Lena—Por mucho que se haya resistido a admitirlo en el pasado, Alex sabe que su equipo e incluso el mundo habrían sido jodidos muchas veces sin la ayuda de Lena Luthor. Una mujer que tenía todas las razones para despreciar al mundo por la frialdad que recibió solo por ser una Luthor. Pero incluso cuando el mundo la trató como a una leprosa, Lena eligió hacer el bien y solo puede esperar ahora que Lena continúe por ese camino.

Los ojos de J'onn y Alex destellan hacia la puerta ante los golpes al estilo de las fuerzas del orden. Lo abre para encontrar a James y Winn de pie en el pasillo. Entran lentamente en el apartamento de soltero de Alex, la ansiedad fluye de ellos en oleadas. James toma su posición frente a la isla de la cocina con Winn sentado en el baúl del sofá. J'onn le lanza a Alex una mirada confundida, señalando a los dos mudos.

—¿Qué pasa, chicos?— —pregunta Alex, cruzando los brazos sobre el pecho. Ella levanta una ceja expectante mientras el silencio entre Winn y James continúa solidificándose. —¿Tienen algo que decir o qué?— Los ojos serios de J'onn siguen su mirada hacia la pareja. Winn vuelve su mirada hacia James, instantáneamente poniéndolo en el lugar.

—Multa—James se aclara la garganta y sonríe nerviosamente. —Entonces, hace unos días, fui a ver a Lex Luthor...—

—¿¡Tú qué!?—exclama Álex—¿Por qué diablos harías eso?—