Hasta que las rosas se acaben

Mudanza (Segunda Parte)

Mientras que Valeria le explicaba que pasó mientras visitaba a Chiara, no podía evitar fijarse en lo bonitas que eran sus pestañas.
-Vaya, y tú diciendo que no te gustan tus pestañas sólo porque sean rubias
Su querida amiga miró hacia otra parte porque se empezó a ruborizar.
-Sisi muchas gracias,¿ pero tú me has estado escuchando bonita?
Por supuesto que la estaba escuchando, de hecho intentaba no romper a llorar.
Chiara estaba en su casa con la pierna enyesada ya que se cayó por las escaleras mientras intentaba que no se cayese su bolso y ojeaba el mensaje de su ex novio Raúl :
"No vuelvas a escribirme o dirigirme la palabra, ignorarme ya es muy inmaduro de tu parte, pero ¿besarte con mi mejor amigo? No pensé que podías caer tan bajo"

Valeria la miró y dijo preocupada :
- Hey hey, tus ojos están llenos de lágrimas a punto de caer ¿es por Chiara?
Sandra no respondió.
Obvio que era por Chiara, y el estrés que conlleva mudarse.
Ella siempre intentó proteger a su amiga de ese ex tan tóxico que tenía, aparte ella se besó con ese amigo después de terminar con él, no estuvo mal.
Empezaron a coger sus cosas una a una, y el señor del camión de mudanzas ya se estaba impacientando :
-¡Pero bueno! ¿Podéis moveros un poco más rápido?
Va a ser mi hora de comer.

Pasaron los minutos como a cámara lenta, tenían los brazos adoloridos por coger tanto peso y finalmente terminaron.
Cogieron el coche y empezó el viaje hacia la nueva casa.
Durante el trayecto, Sandra miraba las fotos que se había hecho con Valeria mientras miraban todas las cosas que tenían, y se probaban ropa o se disfrazaban con lo que se pusieron en los carnavales del año pasado para matar el tiempo hasta que llegaba ese hombre tan desagradable de antes.
Al llegar, no pudo evitar notar esa puerta roja de su nueva y espectacular casa.
No fue fácil conseguirla, ambas trabajaron muchas horas en ese restaurante, aparte sus jefes no eran nada generosos o amables con ellas.
Antes de entrar, ambas chicas se miraron la una a la otra y ¿aunque no dijeron nada?
Ambas estaban pensando en lo mismo : por fin tenían un lugar que les pertenecía en totalidad