Capítulo 8

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Izuku y Eijirou disfrutaron de la cena perdidos en su burbuja, el varón disfruto de ser menos cauto y mostrar mas sus sentimientos e interés por el doncel que ponía su mundo de cabeza y este se permitió sentirse querido por el varón que le llenaba de atenciones ahora siendo consciente que sentía algo por él, ambos dejándose llevar por las emociones que no podían seguir ocultándose.

Cuando volvieron al edificio tomados de la mano parecía que aquello estaba avanzando hacia la misma dirección y mientras subían en el elevador hasta el tercer piso Eijirou se armó de valor, lentamente se acerco a Izuku y tomándole por la mejilla con su mano libre le hizo levantar la mirada buscando esos ojos verdes que tanto le gustaban – Izuku… - el susurro de su nombre quemaba en sus labios y la mirada dulce que tenia el doncel fue lo único que necesito para acortar la distancia entre ambos y besarle al fin, un beso lento que fue correspondido con parsimonia, que no fue roto hasta que el elevador abrió sus puertas en el tercer piso y solo entonces fueron consientes del momento.

Ambos se quedaron mirándose aun aturdidos por el contacto, pensando cada uno en lo que dirían y las mil preguntas que cruzaban por su mente, las puertas del elevador se cerraron y el sonido de la campanilla logro que el varón reaccionara.

- Izuku… me gustas… me gustas tanto… desde hace mucho… yo… - ahora comenzaba a cuestionarse si debería decir todo, pero ya había avanzado tanto como para detenerse – perdona si esto es repentino, pero no puedo seguir callando… realmente me gustas, y quiero ser parte de tu vida.

El doncel no podía creer lo que escuchaba, todo este tiempo Eijirou había gustado de él, sentía un nudo en la garganta, las emociones se arremolinaban en su pecho mientras trataba de que las palabras salieran de él, aunque apenas estaba siendo consciente de lo que sentía por Eijirou sabia que debía responderle, pero las palabras no salieron de sus labios y los segundos en silencio comenzaron a sentirse eternos, entonces, hizo lo que su corazón le dicto, se puso en puntas para alcanzar los labios del mayor quien correspondió al beso tímido pero tan cálido que Izuku le había dado. Aquellos roces de labios y tiernos besos se extendieron por varios segundos en los que no necesitaron más palabras.

Cuando por fin abandonaron el elevador Eijirou abrazaba al doncel por los hombros manteniéndolo cerca e Izuku aun con las mejillas sonrojadas se aferraba al varón sintiendo una calidez que no había tenido antes, cuando llegaron a la puerta del departamento 3-B Izuku abrió la puerta y esta vez ambos entraron al departamento entre risillas cómplices y miradas discretas, dejaron los zapatos en el genkan y estaban por llegar a la sala cuando la voz seria de Mirio los hizo reaccionar.

- que bueno que llegan… Toshinori Izuku tenemos que hablar seriamente – Mirio estaba sentando en el sillón de tres plazas y les miraba con molestia manteniendo los brazos cruzados a la altura del pecho, entonces Izuku y Eijirou notaron las cosas que había en la mesa y aquello hizo que el doncel palideciera, en la mesa estaba una cajita verde donde había guardado los análisis de su embarazo y la foto de la ecografía del día anterior, las dos cajas de regalos con el peluche y el conjunto de bebé color rojo que el varón pelirrojo le había comprado, todos aquellos objetos habían sido guardados con mucho recelo en su armario para evitar que alguien más lo viera.

- Mirio… yo… puedo explicártelo… - la voz de Izuku tembló, a su hermano no le gustaban los secretos y justamente el estaba guardándole uno muy grande, pero antes de que pudiera decir algo sintió como el varón a su lado le apegaba mas a su cuerpo, protegiéndolo, la mirada de Izuku subió a Eijirou pero no pudo descifrar que pasaba por la mente del pelirrojo, la miraba de Eijirou busco sus ojos para luego sonreírle con calidez y antes de que pudiera decir algo mas Eijirou lo soltó con calma y avanzo dos pasos delante de él, lo que siguió fue algo que lo tomo por sorpresa.

Amar nuevamente Donde viven las historias. Descúbrelo ahora