• 𝐀𝐠𝐚𝐭𝐬𝐮𝐦𝐚 𝐙𝐞𝐧𝐢𝐭𝐬𝐮 •

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Ambos estaban en un festival disfrutando de las diversas atracciones y puestos que habían que tenían muchas cosas interesantes que hacían brillar de curiosidad los ojos de la chica.

Notó como los hermosos colores del atardecer se iban haciendo más oscuros y que la gente empezaba aumentar, complicando un poco el caminar. Su novio estaba a su lado, pero las probabilidades de que se separaran eran muchas así que acercó su mano a la de él para tomar su mano, pero en cuanto sus dedos rozaron él dio un brinco exaltado y se alejó de manera poco disimulada, eso le pareció extraño ya que Zenitsu aparentaba ser alguien muy meloso. Pensó que tal vez era tímido respecto al noviazgo, solo llevaban unos días juntos y podría ser que fuese ella la que estaba apresurando las cosas, no tenía de otra que dejarlo pasar y se puso al lado del chico para poder seguir divirtiéndose.

Estaban viendo puesto y su mirada se puso en un colgante muy hermoso que parecía ser occidental, pero al momento de ver su precio se desanimó y siguió viendo otras cosas aunque su mirada se desviaba al colgante.

— ¿Te gustó algo?

— Me gustó ese colgante, pero es caro — Dijo sin darle importancia — Mejor vayamos a comer.

Ella caminaba por delante esperando guiarle hasta un puesto de ramen que olía delicioso, pero al sentarse y no ver a Zenitsu a su lado se dio cuenta de que había desaparecido y estaba por desesperarse, sin embargo en segundos vio su cabellera rubia y pronto su rostro sonriente, se sentó en el taburete de al lado.

— ¿Dónde estabas? Me asusté un poco al no verte.

— Perdón, Rukia-chan, me distraje con algo... Pero ahora estamos juntos.

— Idiota, no hagas eso de nuevo o te prometo que te golpearé.

Ambos pidieron sus respectivos platillos y platicaron entre risas. Amaba como Zentisu era con ella dejando su nerviosismo extremo, pero a pesar de que actuaba normal ella notó un poco de nerviosismo en él.

Al acabar de comer, pagaron y al final se fueron del festival hacia una colina debajo de un gran árbol de cerezos. Se recostaron contra el árbol mientras miraban las estrellas intentando hallarle forma.

— Mira, como estamos por el norte podemos ver bien a la estrella Vega.

— ¿Es esa? ¿A qué constelación pertenece?

— No es esa, es la que está un poco más a la derecha. Y pertenece a la constelación Lira.

— ¡Ahh! — Se desesperó recostándose en las faldas de la chica — No sirvo para esto, es muy difícil. No sé cómo puedes diferenciar una estrella de la otra.

— Es algo confuso y aburrido al principio, pero también interesante. A mí me empezó a gustar cuando empecé a prestarle atención al cielo y a la estrellas y fue casi imposible que no estudiara sobre ello...

Mientras hablaba sus manos empezaron a acariciar el cabello del chico que al instante se relajó y estaba adormilado, pero entreabrió los ojos y pudo ver el rostro de la chica acercarse al suyo y la tranquilidad que sentía fue reemplazada por pánico. Se alejó rápidamente de ella y en el proceso le dio un cabezazo en la nariz y la empujó haciéndole chocar con el árbol mientras él caía para atrás, estuvo quieto por unos segundos antes de que pudiera escuchar sollozos y se levantó de inmediato.

— A-Ah no, perdón, lo fue mi intención, realmente no...

Se acercó a ella lentamente mientras murmuraba disculpas con la voz quebrada, también estaba al borde del llanto.

— ¿Cuál es tu problema conmigo, Zentisu? ¿Por qué ahora estás actuando así de raro? Antes eras tan cariñoso y meloso, podía llegar a ser molesto, pero me gustaba mucho que fueras ajá, pero ahora ya no me miras a los ojos, no me abrazas, y literalmente no me tocas. Estos días quise acercarme a ti, que todo fuera como antes y solo me rechazaste... ¿Ya no te gusto? ¿Tanto te repugno como para actúes así? Dímelo y prometo no volver a acercarme a ti, pero quiero que seas sincero.

— ¿Qué? ¡No! No quiero que te alejes de mí, me gustas mucho y hasta puedo decirte con seguridad que te amo, es sólo que... tengo miedo de que tú te alejes si te toco.

La chica lo miró con una expresión desconcertada, que no tuviera contacto físico con ella era lo que la lastimaba como para que empezara con sus excusas, pero antes de que pudiera reclamar él habló.

— Antes tuve una novia, ella no me dejaba tocarla ni mirarla a los ojos, si lo hacía ella se molestaba tanto que me sacaba de la casa para que durmiera ahí. Por eso tuve mucho miedo de que te incomodara si hacia eso y...

La chica se lanzó a abrazarlo y él la abrazó con la misma intensidad, escondiendo su cara en el hombro de la chica, aspirando de forma leve el aroma que emanaba.

— Eres un estúpido. Si me enamoraste siendo tan meloso y asustadizo, ¿Qué puede cambiar estando en una relación? Me gustas siendo como eres, no tienes necesidad de cambiar o comprar cosas lujosas para aparentar.

Estuvieron abrazados unos segundos mamá antes de separarse. El rubio estaba sorbiendo sus mocos mientras chillaba con más fuerzas, eso preocupó a la chica que pensó que había dicho algo malo o que había malinterpretado sus palabras.

— No te enojes conmigo, Rukia-chan. Hice esto por mis traumas.

Su preocupación pasó a emoji cuando dijo eso, pero intentó mostrarse calmada.

— ¡Ay! Ya te enojaste, por favor no.

— ¿Qué hiciste, Zenirtsu?

— Y-Yo te compré esto...

De su bolsillo sacó el colgante y los ojos de la chica se abrieron y se volvió a lanzar en un abrazo contra el rubio, esta vez un poco más brusco quedando ella encima de él, poniéndole nervioso que hasta creía que se desmayaría

— Eres un tonto... Lo tomaré como regalo de mis próximos diez cumpleaños.

— N-No... Es que fuera de todo, tú realmente te mereces esto y más, así que yo trabajaré duro para poder comprarte todo lo que quieras.

La chica lo interrumpió posando sus labios sobre los de él en un roce que lo dejó tan rojo y quieto que no podía ni chillar de lo inesperado que había sido.

— No necesitamos eso. Mejor ambos trabajemos duro y ganemos mucho dinero para que cuando nos casemos podamos llegar a formar un hogar próspero.

— ¿Q-Qué? Quieres decir que tú... Rukia-chan....

— Sí. Quiero casarme contigo, no ahora, pero en el futuro me veo estando a tu lado. Así que deja de gastar el dinero en tonterías y guárdalo para nuestro bebé.

— ¿Be...bebé?

— Cuando uno se casa usualmente suele tener hijos. ¿No quieres ir practicando?

— ¡Rukia-chan! — Chilló avergonzado mientras ella soltó una carcajada y finalmente juntó sus labios con los de él en un beso algo profundo que fue correspondido con torpeza debido a su nerviosismo.

— Ya, mejor ayúdame a colocarme esto.

Con manos temblorosas él colocó el colgante, se sentía un poco intimidado por aquel beso que acababan de darse. Nunca pensó que su primer beso juntos sería así, pero no le decepcionaba para tanto y ahora ella había dicho que no le molestaba su faceta empalagosa no tenía que aguantar las ganas.

— ¿Ya acabas...?

Fue interrumpida por los labios del chico en un beso mucho más torpe que el anterior, pero ella aguantó la risa y le correspondió. Él se separó avergonzado y la abrazó intentando ocultarse y rogando que ella no pudiera escuchar el fuerte palpitar de su corazón.

— Te amo mucho, Rukia-chan.

— Yo también...

Río mientras cerraba los ojos, disfrutando el momento y de las una y mil sensaciones que Zenitsu le hacía experimentar.

𝐎𝐧𝐞-𝐬𝐡𝐨𝐭𝐬 𝐊𝐢𝐦𝐞𝐭𝐬𝐮 𝐍𝐨 𝐘𝐚𝐢𝐛𝐚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora