Capítulo 39

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Kim Dae Min

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Corea del Sur, 21 de diciembre del 2025

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Las despedidas nunca habían sido su fuerte, por ello, empezó a despertar a todos en silencio antes de lo esperado mientras salían de su escondite dejando a los demás atrás, listos para arriesgarse por encontrar algo mejor. Sin embargo, Dae no podía irse sin decirle unas últimas palabras al hombre que había sido su mentor los últimos días, por lo que, dejó una carta dentro de sus cosas esperando que lo que estuviera en ella no tuviera que cumplirse.

Ha Neul iba detrás de él junto a Dak Ho y Ahn luego los tres mocosos y por último Hae Soo con Eun Hee cubriendo la retaguardia y protegiéndolos.

Una de las ventajas que Dae apreciaba de moverse en la oscuridad era la seguridad que les proporcionaba para no ser atrapados y poder espiar a su enemigo sin ser descubierto, aunque no obtuviera tanto como quisera. Después de todo no solo tenían el tiempo en contra sino también las herramientas y experiencia, que quedó dolorosamente claro cuando intentaron seguir una de las rutas que habían marcado a través del río y que el ejército había bloqueado impidiéndoles pasar a toda costa obligándolos a tomar otro camino.

La ansiedad empezó a hacerse palpable en especial cuando la luz del día llegó y ellos seguían sin encontrar un camino seguro, de modo que, Dae los reunió en un callejón sacando el mapa que habían llevado consigo.

—No podemos seguir nuestro plan inicial —les dijo resaltándoles lo obvio.

Tanto Ha Neul como Dak Ho, Ahn, Hae Soo, Eun Hee y él se miraron entre sí antes de observar el mapa mientras que los mocosos quedaban a un lado observándolos señalar y dar posibles soluciones. 

En ese momento, Dae odiaba más que nunca no poder utilizar uno de los celulares de los mocosos, pero Ha Neul le había advertido que podrían estar siendo buscados y que así como su equipo había podido crear un ojo de dios, con los satélites de todo el mundo por reconocimiento facial el gobierno también podría hacerlo logrando que los capturaran antes de siquiera poder parpadear.

—El primera estación más cercana que tenemos es la de KORAIL en Guro-gu —dijo Eun Hee— Puede que no este custodiada como las demás de Seúl al estar más cerca de la frontera.

—Gangseo-gu está casi a la frontera y aún así nos han cercado —le señaló Ahn a la chica.

—Casi es la palabra clave, Gangseo-gu no está tan al límite como esa estación.

—Tiene razón —apoyo Hae Soo— Nuestro escondite está más cerca del río Han, además pareciera que mientras un grupo bloquea Incheon el otro protege el centro, como si no quisieran que volviéramos —agregó el chico y los demás asintieron con una mueca.

—O nos están cercando como ganado —dijo Ahn y probablemente esa era la respuesta más cercana aunque les revolviera el estómago.

Dae se bajo el cubrebocas que tenía antes de pasarse la mano por la cara tratando de controlarse y no gritar de frustración.

Por supuesto que no los dejarían entrar, de hecho ni si quiera querían hacerlo, pero debían, ya que, habían bloqueado su primera ruta de escape y todo para atraparlos.

«Que no han logrado» se recordó tratando de confortarse con esa idea.

Había sido difícil, pero aún no los habían atrapado. El silencio y anonimato había sido su mejor aliado en esos días para mantenerse vivos.

—Ellos no saben que estamos en movimiento —aportó Ha Neul— Tenemos el elemento sorpresa de nuestro lado si vamos a tomar la estación de Guro-gu.

GENERACIÓN Z: La persecuciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora