Sebastian
*Una hora antes de que llegara la policía*
Intento dormir, pero sigo dando vueltas en la cama. Mierda, es mi noche libre y aun así no puedo dormir por la maldita fiesta del departamento de al lado.
Me estiro hacía la mesita de luz para ver la hora en mi celular y veo que marca casi las 3am. Dios mío, no puede ser. Necesito una noche de paz. Ya está, me harté. Iré a ver a ese maldito propietario.
Me levanto de la cama, me coloco una remera negra y estoy tan cabreado que voy descalzo. Salgo de mi departamento y me dirijo a la puerta donde está la bella fiesta que no me deja ni pegar el ojo. Llego a la puerta y toco el timbre. Espero... espero... carajo que tan sordos tienen que...
-Hey, vecino nuevo. ¿Qué te trae por aquí?
Carajo, carajo, carajo y diez mil veces carajo. Es la chica de hoy en la Uni. Muy preciosa la verdad, pero estoy tan enojado que en estos momentos me importa un comino su belleza.
-"Hey" nada, quiero que apagues la maldita música. -Si, nótese mi mal humor por no poder dormir en mi noche libre de trabajo y estudio.
-Aja, claro. ¿Y quien te crees que eres? ¿Un maldito policía?
Pero que... esta doña Mala Leche me está haciendo enfadar demasiado.
-No seré policía, pero perfectamente puedo llamar uno. Así que, o apagas la música en este momento y así todos podemos dormir en paz o llamo a la policía. Tu decides. -Le levanto la ceja intentando intimidarla, aunque es tan... ahg que seguramente le importe un bledo lo que le diga.
-Escúchame una cosa, ojitos. -¿Cómo carajos me acaba de decir? -Tu no eres quien para amenazarme, así que retírate antes de que te tire está rica cerveza a tu bonita cara. Tu decides. -Diablos, acaba de usar mi frase y me dijo que tengo cara bonita. Tengo sentimientos encontrados, pero aun así decido enfadarme.
Dándome cuenta de que con esta chica mala leche no llego a nada, me doy media vuelta y me voy a mi departamento. Entro y comienzo a buscar mi móvil.
-Ok, peque. No quisiste por las buenas, ahora lo harás por las malas. -Digo para mí mismo.
Comienzo a llamar a la policía hasta que me atienden.
-Hola, buenas noches. ¿En que podemos ayudarle?
-Hola, si. Quería plantear una queja por música alta en un día de semana.
-Ok, dígame la dirección e iremos en cuanto podamos hacía allí.
-Bien, es en la Avenida 5 de Diciembre numero 5632 departamento 22. Está en el cuarto piso del edificio.
-Bien, pasaré la dirección y en unos momentos irán para ahí ¿vale?
-Si, si, vale. Muchas gracias. -Y les corto. Ok se me fue toda la valentía, ahora me cago de miedo al no saber que hará cuando sepa que fui yo el que llamó a la poli. Carajo Sebastian, si que eres estúpido.
Empiezo a dar vueltas por la casa hasta que decido pegarme un baño de agua caliente mientras espero a que se vaya la música. Agarro mi toalla y me dirijo hacía la ducha.
Me voy a la cocina con la toalla atada a la cintura y mientras tomo agua me doy cuenta de que paró la música.
-Ssiii, al fin. Carajo, me muero de sueño.
Me pongo mi pijama calentito y decido irme a dormir, aunque... oh no, tengo solo 3 horas para dormir. Ok, mañana no me aguantará ni el mismísimo Jesucristo.
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Divina Atracción
Novela JuvenilMeredith Johnson, una chica etiquetada como ruda gracias a su apariencia. Sebastian Brown, un chico etiquetado como inocente gracias a su comportamiento. Lo que pocos saben es que ambos son totalmente distintos a lo que aparentan ser.