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Elías.

Comencé a andar entre la gente cuidadosamente, tengo que entrar en un lugar un poco peculiar y mejor no levantar sospechas.

No se para que narices hago esto. Soy rico joder, ¿por qué estoy en un bar viejo recogiendo drogas para venderlas esta noche? Pues tiene una razón, bueno mas bien un nombre Mia Martin, mi madre más concretamente. No tubo mejor idea que casarse con un narco muy famoso y conocido en todo Estados Unidos; León Martin. Y aquí estoy yo Elías Martin recogiendo un cargamento para ella. A mis padres siempre les ha gustado el riesgo, y entre ese riesgo entró yo vendiendo. Dios que ridículo.

- ¿Eres tu? - un tío de unos dos metros llenos de tatuajes aparece delante de mí.

- Si, soy yo - el asiente y me pasa una bolsa.

- Cuidado, más te vale tenerlo si no quieres que tu padre me pague el doble.

- Lo sé - le doy la bolsa a uno de mis acompañantes y salgo de aquel bar.

Empiezo a andar calle abajo dirección a la casa de mi mejor amigo, Lukas.
Mientras voy andando me doy cuenta de una de las vecinas de el. Tiene el pelo castaño oscuro, y unos hermosos ojos azules claros, lleva un vestido veraniego verde y se ve apurada. Nunca la avía visto, y eso que llevo viniendo a la casa de Lukas desde los cinco años. Toco al timbre y me habré uno de los sirvientes.

Me dirijo a su habitación, lo veo jugando a un juego en la play. Esta concentrado y no se percata de mi presencia. Garraspeo la garganta para que se de cuenta.

- Hey tío - me saluda dejando los cascos a un lado.

- Me encontré con tu vecina - el me mira pensativo.

- ¿Vecina? - se me queda mirando sin saber que decir hasta que se da cuenta - ah si, Cristel.

Cristel, un nombre precioso.

- Bueno... ella es muy rarita, nunca he hablado con ella, siempre suelo verla en la piscina con una amiga, creo que se llama Gema - se encoje de hombros y se sienta mirándome - ¿te ha hablado?

- No, creo que no ha notado mi presencia si quiera, se veía apurada - me sente en el sofá frente a la cama.

- Yo he oído cosas de ella, pero no se si serán verdad - lo miro curioso.

- ¿Como que? - el coje su teléfono del bolsillo y empieza a buscar algo.

- Mira - me muestra una foto de una chica montada en una moto, en lo que creo que son carreras ilegales - esta es Víbora la gran corredora de San Francisco, y si te paras a mirarla mejor se parece mucho a Cristel.

Tiene razón la chica de la foto tiene los mismo ojos celeste que ella tiene.

- ¿Crees que sea ella? - le pregunto a Lukas.

- Si, solo que Cristel no tiene mucha fama que se diga - lo miro sin entenderlo - Mi hermano va a su instituto y se que se meten con ella por no ver tenido pareja nunca, y por tener diecisiete y seguir virgen.

Mi cara se estira en sorpresa. ¿Como una chica tan atractiva podía ser virgen a los diecisiete?

- Que patético - Lukas asiente dándome la razón.

- Es por eso que no la conocen mucho, así que pensar que la chica empollona de clase puede ser Víbora no tiene muchos sentido para ellos.

- Eso quiera decir que lleva una doble vida, ¿no? - Lo miro y el solo asiente - ¿como que sabes tanto?

- Es mi vecina - dice obvio - y la veo casi siempre salir con Gema con la moto.

- Tiene sentido - me quedo mirando a la nada sintiendo la mirada de Lukas.

❤︎𝒜𝓅𝓇ℯ𝓃𝒹ℯ𝓇  𝒶  𝒶𝓂𝒶𝓇❤︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora