𝑐.4

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En cuanto abrí los ojos un horrible dolor punzante apareció en mi cabeza. Nunca bebía, solía beber algo mas ligero como una Coca-Cola o cualquier otra soda, y por primera vez en mi vida me puse hasta el culo de alcohol. Gema a mi lado seguía dormida. Me levante y de nuevo el dolor apareció pero esta vez acompañado de esos ojos grises. Dios, otra vez de nuevo. Mi subconciente me estaba traicionando, cada vez que intento olvidar eso vuelve a mi cabeza como un deja bu. Tampoco era algo del otro mundo, solo era un chico mas de los que había allí.

Oh, vamos no mientas Cristel es la primera vez que ves esos ojos tan diferentes, y nunca sueles pensar en ningún tío.

Tu callada estúpida voz interior.

Bajo las escaleras en busca de algo de comer, además de la cabeza el estomago también me estaba matando. Cuando llego a la cocina veo a mi padre sentado en la mesa donde comemos. Su rostro encuentra el mío y levanta ligeramente una ceja.

- No tienes muy buena cara pequeña - me siento en frente suya y solo asiento - Dan, ponle un plato a ella también, ah y una aspirina para la cabeza por favor.

- ¿No tienes hoy ninguna reunión? - bebo un poco de agua sobándome la cabeza.

- Si, pero por una vez puedo desayunar aquí en casa - sus ojos pasan de nuevo a la laptop que tiene enfrente - y por lo que veo tu no estuviste anoche.

Aun que mi padre y yo tengamos mucha confianza admito que contarle estas cosas son un poco incomodas. Y si a sido mi primera borrachera pero a papa nunca le ha gustado este tipo de cosas, por eso no sabe que corro en carreras ilegales, si se enterase me mataría o tal vez me mandaría a un internado de monjas.

- No, estuve en una discoteca con Gema celebrando el final del verano - Dan me puso un plato con huevos revueltos junto a un café - y bebí alguna que otra copa.

- Esta bien, recuerda no pasarte, ¿sí? - se levanta de la mesa y se acerca a mi dejando un dulce beso en mi cabeza - ah, dile a tu amiga que hay comida para que baje.

Yo rio y asiento viendo a mi padre coger sus cosas para marcharse de nuevo.

Cuando ya estoy a punto de acabarme el desayuno veo aparecer a Gema. Su cara por lo menos se ve un poco mejor que la mía. Al ver su plato en la mesa corre a el como una gacela.

- Dios mío que hambre - empieza a devorarlo todo sin decir nada.

- Más despacio chica que te vas ha atragantar - ella solo pasa de mi y sigue masticando.

- ¿Y Zack? - pregunta cuando termina de masticar.

- Ahora que lo dices no tengo ni idea - sus ojos evalúan su alrededor en silencio - no creo que se haya quedado.

Veo una pequeña tristeza en su cara. Gema ha estado muy rara estas ultimas semanas con el tema de Zack. Conozco tan bien a mi mejor amiga que hasta diría que seguro sea porque le gusta Zack.

- Ah por cierto - deja de comer para mirarme - no sabía que tenías dos vecinos de nuestra edad.

¿Dos vecinos de nuestra edad? ¿Que dice? La miro frunciendo el ceño sin entender.

- ¿Dos vecinos? - ella asiente - pero si solo tengo uno de nuestra edad.

- Pues no se pero seré dixlexica, pero habían dos - termina de comer y se levanta - y creo que me han visto desde tu balcón.

La vi irse escaleras arribas, y después de unos segundos procesando lo que me había dicho subí también.
Gema ya se estaba duchando y yo por curiosidad me asomo a ver que decía.
Y si, no mentía, había dos chicos metidos en la piscina. Me fije mejor y me di cuenta de que era Lukas mi vecino de alado, y estaba con un chico...un chico que me sonaba mucho.

❤︎𝒜𝓅𝓇ℯ𝓃𝒹ℯ𝓇  𝒶  𝒶𝓂𝒶𝓇❤︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora