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— Sunggie, ¿no quieres ayudar a tú viejo amigo?. —Indicó con una sonrisa forzada mientras extendía su mano.

— Mmh, si me das dinero talvez lo piense.

Minho podia sentir cómo su trasero comenzaba a dormirse, parecido a una inyección de anestesia. ¿La razón?. Jisung y él estaban camino a la escuela con un par de helados en sus manos por el calor del verano insoportable. Todo iba perfecto hasta que Minho comenzó a empujar a Han hombro con hombro provocando que el helado de éste cayera de su mano al piso en un mal agarre.

Y como si el karma los estuviera observando Minho en un par de segundos habia caido en una llanta de auto a mitad del camino quedando atrapado allí.

— ¡Yo pague los helados!. —Exclamó con clara indignación intentando levantarse de aquella cosa redonda.

— Me botaste el mio, si no me convences en 3 minutos te dejo, aprovecha que soy un pan de dios.

El castaño se apoyo en un mural divertido mientras oía las miles de palabras que salían de la boca de su amigo.

— ¡Si no me ayudas le mostraré a los demás la foto de tú ropa interior colgada en tú ventana!.

En un instante Minho se encontraba fuera de aquella llanta. Han no podía perder su poca reputación por la que tanto luchó, además sabia que el rubio era capaz de tal atrocidad.

— Algún dia borraré esa foto de tú teléfono Lee Minho, algún dia. —Aseguró éste con voz amenazadora.

— Ya veremos dijo el ciego.

(...)

Faltaban algunas semanas de clase antes de que llegarán las vacaciones pero Minho ya había botado la mitad de sus cuadernos, aunque poco le importo al tener a Han. Su plan de escape era pedirle hojas al menor cada que le faltaban a él. Habían excepciones en dónde simplemente le pedia un par de hojas para poder ver la mueca enfadada que el contrario colocaba cada que arrancaba de su cuaderno.

El timbre resonando en los pasillos y las aulas de clases indicaron el inicio del primer receso. Un milagro entre toda la tortura pensó Han. No soportaba el verano ya que el calor era demasiado agobiante en un estructura de cuatro paredes.

— Minho, Minho, Minho, vamos, dame dinero, soy pobre. —Comentó con voz perezosa mientras se aferraba al brazo del mayor— Dale una manito a tú mejor amigo.

— Ni lo intentes, no es mi culpa que tú mamá te haya castigado y ahora no te de dinero para comprarte historietas.

— ¿Que no es tú culpa?. —Han pateó el trasero ajeno con toda la fuerza que pudo haciendo caso omiso a el grito de Minho— ¡Toda la culpa es tuya!, tú fuiste el que le rompió el perfume.

El rubio infló su pecho bufando ante el golpe bajo de su amigo. ¿Tenía el atrevimiento de culparlo a él?
. ¿Cómo iba a saber que al lanzar aquella botella de perfume para matar a una araña que habia en la pared del cuarto de Han se rompería?, obviamente no iba a saber.

— ¡Ya paren de pelear que me tienen los oídos hinchados!. —Exclamó Changbin golpeando a los dos contrarios en la cabeza— Ni las viejitas locas de mi calle pelean tanto.

El azabache era amigo de Han y Minho hace 2 años y conocía bien la dinámica del dúo. Ninguno iba a aceptar la derrota y seguirían peleando como niños para justificar su papel de víctima.

— Además de que Felix nos está guardando puesto en la cafetería con la comida, ¿Saben cuántos cavernícolas hambrientos hay a ésta hora?.

Minho fue el primero en callarse al escuchar a Changbin, si querían comer lo mejor era correr.

Entrelazo sus manos con el castaño berrinchudo para no perderlo entre la multitud que se aproximaba y Han quien a pesar de seguir molesto al no recibir ni una monedita se ahorró sus palabras siguiendo su instinto estudiantil. Correr para tocar comida.

YOU - MINSUNG Donde viven las historias. Descúbrelo ahora