Ella no tuvo que escapar de H.Y.D.R.A. ¿Para qué? Era una tonta organización que no sabían hacer bien su trabajo.
Ella no es un experimento. Nació con aquellos poderes... o así cree ella.
Ella no está siendo vigilada por S.H.I.E.L.D. ¿Por qué? Ni sa...
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—¿Lo conseguiste? —preguntó la mercenaria emocionada a la vez que pausaba su juego para prestarle atención a Alex.
—Sí, gracias a sus contactos pude hallarlo. — el mayordomo le entregó unos papeles y ella gustosamente aceptó. — Si desea puede contactar con los Vengadores.
—Solo envíale un correo a Stark con la información, y dile que solo necesitaré a dos del equipo.
—Posiblemente no estén de acuerdo.
—Solo especifica por qué los necesito, ya después discutiré con ellos. —Alex asintió y se dispuso a ir por su tableta para enviar dicho correo, hasta que recordó algo.
—Por cierto, el señor Charles Xavier está intentando comunicarse con usted. —la castaña soltó una maldición por lo bajo, creyó que no la molestaría ahora que estaba con los Vengadores, aunque ese no era su plan inicial.
—Dile que le devolveré la llamada o que le enviaré un mensaje.
Él solo se limitó asentir con la cabeza y se retiró de la sala, dejando que la castaña retornara a su videojuego, pero no pasó ni dos minutos cuando sus pensamientos fueron invadidos por los rostros por los Vengadores, no había hablado con ellos desde hace tres días, al parecer todos aún desconfiaban de ella, tampoco es que pudieran hacer mucho debido a su inmunidad diplomática.
¿Cómo la consiguió? Ni ella se acuerda.
Harta de no poder seguir jugando, se levantó de su asiento y caminó hacia la mesa que se encontraba detrás de sus sofás. Al desbloquearlo no dudó en llamar a una persona de su agenda.
—Es un milagro que me llames. —dijo una voz al otro lado de la línea, a lo que ella rodó los ojos.
—No me digas que eres muy resentido...
—Claro que no, es un gusto que me llames teniendo una apretada agenda. — ella soltó un bufido ante su sarcasmo. — Y más con los problemas que tuviste con los Vengadores.
—¿Cómo sabes eso?
—El rumor de que Rosa del Nilo había sido capturada por los Vengadores se propagó con gran rapidez. —respondió con tranquilidad. — Algunos se han estado moviendo de un lado para otro, cuando quitan a una ficha del juego, otro intenta superar la ficha perdida.
—Puff... como si les fuera a dejar fácil que hagan estupidez. —la risa del hombre se escuchó en la llamada. — Como sea, necesito que me hagas un favor, Mordo.
—No te debo nada.
—Yo sé que tú no me debes nada, más bien tu jefa sí. — el hechicero soltó una maldición por lo bajo. — Y ya que ella nunca contesta mis llamadas porque tiene que hacer cosas de "Hechicero" —resaltó aquello con burla. — Quién mejor que mi querido amigo Mordo, quien puede agendar una cita con Ancestral.
