Prólogo (primera parte)

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Escrito por TalosLives

Traducción por Shade Shaw Reilly

Portada por Tejedora

Una de las peores cosas que la mayoría de la gente teme cuando abre los ojos es el no ver otra cosa que oscuridad. Porque significaba que estabas muerto o en un lugar oscuro y aterrador... El hecho de que Collin aún sintiera la pierna rota, las alas trasquiladas, un labio partido y los moratones de no sólo la paliza matutina sino también de las dolorosas "horas de juego" de sus captores, significaba que técnicamente seguía vivo. Si no fuera porque el suicidio es pecado mortal, Collin ya habría cogido el cuchillo que le dieron para su comida diaria y se habría cortado la garganta.

Con un gemido, Collin se levantó y miró alrededor de su jaula mientras sus ojos se adaptaban a la oscuridad. Llevaba seis meses prisionero desde que sus supuestos "amigos" le traicionaron y se convirtieron en ángeles caídos al escuchar la oferta de venganza por esa súcubo conocida como Verosika.

Todo se desmoronó casi un año después de que Lord Gabriel les informara a los tres querubines sobre su fracaso y la razón del Cielo para condenarlos al exilio tras la muerte de Lyle Lipton: No sólo fue su muerte lo que contribuyó a ello, sino también sus acciones al salvar almas que no debían ser protegidas y el ir en contra de los procedimientos del Cielo lo que les valió el castigo que tan justamente merecían... Collin nunca se había sentido más fracasado como ángel cuando aquel día en que el Lord Gabriel los llamó, como dirían algunos, "santurrones".

No sólo algunas de las personas que salvaron resultaron ser pura escoria, sino que hicieron cosas más horribles que causaron sufrimiento de más humanos inocentes. Ni una sola vez los querubines se preocuparon por apartarlos de sus oscuros caminos o comprobaron si estas personas merecían ser protegidas y salvadas... No, hicieron lo que pensaban que era correcto por arrogancia y sin pensar ni una sola vez si estaban equivocados o estaban yendo demasiado lejos. Al ceder a su ira por culpa de esos diablillos y provocando la muerte de un humano, fue la gota que colmó el vaso.

Alcanzando su cubeta de agua (y esperando que no fuera la cubeta para cagar como la última vez), Collin sorbió la poca agua que tenía antes de volver a sentir los dolores del hambre. ―Ugh... ¿Por qué? ¿Por qué ha pasado esto?―Las lágrimas goteaban por su rostro al aparecer esas dos figuras en su mente y, en vez de la sensación reconfortante que solía sentir por ellos, solo había un torrente de ira y amarga traición. ―. ¿Por qué han hecho esto? Podríamos habernos salvado... podríamos haber vuelto a casa...

Dios había extendido su misericordia cuando permitió su exilio: Si los tres trabajaban en su arrepentimiento, podrían volver a casa

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Dios había extendido su misericordia cuando permitió su exilio: Si los tres trabajaban en su arrepentimiento, podrían volver a casa. Eso era todo lo que Collin tenía en su mente mientras se esforzaba por compensar sus pecados. Volver a ver a sus padres, sentir el abrazo amoroso de Dios y dormir en su propia cama era lo que le empujaba cada día a ser mejor.

Pasar la Página (TRADUCCIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora