La cita (segunda parte)

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Después de comer hasta hartarse, Collin y Loona salieron del establecimiento con la barriga feliz y sonrisas felices. La comida había sido de las más sabrosas que habían probado en mucho tiempo. Después de la cena, Collin guió a Loona unas cuantas manzanas más adelante hasta el siguiente destino: Había un gran evento callejero con temática de San Valentín, y Collin pensó que sería bueno explorarlo. Todas las carpas y puestos eran de color rosa, rojo o blanco para encajar con la festividad, con pequeños ángeles cupido revoloteando por allí ofreciendo aperitivos y bebidas gratis que ninguno de ellos aceptó por estar tan llenos. Lo que le sorprendió a Loona era que todos los juegos estaban dirigidos por diferentes razas de los tres reinos, pues aunque haya venido antes al Purgatorio unas cuantas veces, el ver a los de su especie mezclados con humanos y ángeles era algo todavía nuevo.

―Entonces, ¿algún juego te llama la atención?―le preguntó Collin mientras seguían caminando por el centro de la ciudad. Se habían tomado de la mano de nuevo, pero esta vez no les importaba quién los mirara... Ya no se sentían incómodos y les gustaba un poco.

―Hmm, me gustaría conseguir algo para el niño de Mox y Mills ya que estamos aquí...―Loona miró a su alrededor y vio un set de dardos con una diana expuestos como premio en un juego de disparos. ―. Vamos a intentar ganar ese, puede usarlo para practicar su puntería.

―Por supuesto.―concedió Collin y se acercaron al puesto, que estaba a cargo de un humano pelirrojo con un esmoquin de feria color rosa y blanco. ―. Nos gustaría jugar por el set de dardos con la diana.

―Serían cuatro dólares por juego. Para ganar, hay que conseguir cinco tiros seguidos sin fallar ni uno solo.―explicó el operario con una sonrisa. ―. Pero las dianas se mueven más rápido con cada turno.

―Intentémoslo.―dijo Collin extendiendo el dinero en la mesa y pronto le dieron un rifle de aire comprimido. Collin se acercó y apuntó antes de disparar. Consiguió darle a uno de los objetivos móviles que luego empezaron a moverse más rápido antes de hacer otro tiro exitoso. Collin elevó ligeramente su parte inferior con sus alas para apuntar mejor mientras mantenía el resto del cuerpo inmóvil... Esto provocó el efecto que su trasero se elevara y, sin querer, permitió que Loona se centrara en él.

Loona nunca negaría que tenía un lado pervertido. Después de todo, era una demonio y la lujuria era típica en su especie. No se había dado cuenta hasta ahora, pero un solo pensamiento entró en su mente al ver el peludo trasero de su cita en el aire, con la cola levantada y expuesta para que ella la viera:  "Joder, pero qué buen culo tiene."

Era uno muy redondo y esponjoso. Casi como si Loona estuviera viendo un malvavisco hecho de lana. La forma en que su esponjosa cola se balanceaba de un lado a otro mientras se concentraba en el juego que tenía por delante era tan hipnótica, las redondas nalgas eran como almohadas que le hacían desear apoyar su cabeza en ellas. No podía ver nada debido a que él ocultaba sus genitales en su pelaje, pero podía imaginarse cómo eran, haciéndola sentir caliente por dentro. También había otra cosa que no se atrevía a decir en voz alta, pero como demonio canino, había ciertos olores de ciertas partes del cuerpo que podía percibir. Y, como la mayoría de otros caninos, oler la zona del trasero era un lugar idóneo para obtener información. Por supuesto, como no eran perros inconscientes, los perros infernales nunca hacían eso en público ni olían directamente el culo de sus amigos o amantes así de la nada: Era algo que sólo hacían en privado y con alguien muy cercano.

Eso no significaba que no se pudiera percibir ocasionalmente un poco de olor desde lejos.

Loona se acercó lentamente mientras Collin hacía su tercer disparo exitoso. Poco a poco, estaba cada vez más cerca de la grupa de Collin. No tenía la cara pegada contra sus nalgas, pero estaba lo suficientemente cerca como para tocarlo. "Jesús y Lucifer, ¿en serio estoy pensando en oler su trasero? Vamos, Loona, esto es demasiado... pero..."

Pasar la Página (TRADUCCIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora