Revelación

2 0 0
                                    

Desde que hablé con el hermano de Clary, no me había atrevido a volver hablar con ella. Aquella pregunta que me dejó desconcertado y el comportamiento de este fue algo muy raro. Mi padre vino y me sacó de mis pensamientos.

-Vamos, Tomas, anímate, hijo... parece que estás muerto y aún no es ni tu funeral -dijo mi padre intentado sacarme una sonrisa.

-Papá, tengo una pregunta.

-Dispara, hijo.

-¿Hay algo más más allá de nosotros? ¿Monstruos u algo por el estilo?-preguntó ya desesperado para resolver el rompecabezas.

Su padre le miró. Tomas tuvo la sensación de que su padre conocía algo.

-Tu madre me va a matar..., pero solo te ayudaré un poco. Sí. El resto lo resuelves tu solito y no te costará tanto sabiéndolo ahora.

Mi padre me ha dejado solo. Ahora tengo más dudas de las que tenía previamente. Igual si voy a la universidad consigo algo de información... De camino allí me encontré con Crystal, parecía que hoy también tenía asistir algo en la universidad. Nos saludamos y el restos del camino lo hicimos juntos. Al llegar allí cada uno se fue por su lado, ella a la facultad de tecnología y yo a la biblioteca. En el interior del edificio se podía apreciar un estilo gótico que daba miedo, nunca me había sentido cómodo en esta biblioteca. Fui a la sección de mitología a ver qué tipo de monstruos podían existir. Sin embargo, no pude decidirme por uno en concreto, había tantos y tantas culturas que dificultaba la decisión. Alguien se acercó por detrás mío, una mano masculina cogió un libro que había enfrente mío sobre demonios y me lo dio.

 Alguien se acercó por detrás mío, una mano masculina cogió un libro que había enfrente mío sobre demonios y me lo dio

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

-Joven, creo que antes necesitas leer este libro sobre demonología... -dijo un hombre de unos treinta años-. Si quieres investigar empieza por lo oscuro, así después cualquier otra criatura no te parecerá tan aterradora.

Observé al señor y le agradecí su ayuda. Él se volteó hacia mí.

-Cualquier duda, pregunta, estaré sentado en ese cómodo sofá leyendo las Historias de Belcebú... -habló mientras se dirigía hacia el lugar indicado y se sentaba de manera cómoda.

Me quedé al lado de la estantería, pero me senté en el suelo, no había casi personas en esta sección ahora mismo, por lo que podía leer de manera más tranquila. Ese hombre era extraño, pero sabio. Cuando empecé a leer todo me quedé en shock al ver que los demonios tienen su propia jerarquía e identifiqué uno de los nombres, Belcebú, lo había nombrado ese hombre hacía poco rato. Decidí que me lo llevaría a casa. Para mi sorpresa tras el préstamo, ese señor se volvió acercar a mi y a la bibliotecaria.

-Margaret, no se lo pongas en préstamo. Te lo puedes quedar -espetó el hombre.

-Gracias, pero no hacía falta... -afirmé - Solo lo voy a leer un par de días....

El señor me miró con maldad.

-De eso nada. Te lo quedas porque lo digo yo y punto. No puedes desobedecerme -declaró en voz alta.

-¿Quién eres para darme órdenes? -me defendí. No quería aceptar sus órdenes.

-¿Qué? Lo has leído y ¿no lo sabes? ¿Eres tonto? -se pasó una mano por el cabello mientras se reía- Soy Astaroth, dueño de esta universidad y si te paras a pensar en mi nombre y en ese libro, verás quién realmente soy -sentenció alegremente con un toque de enfado.

Era el dueño, en cierto modo, podía aceptar el libro, pero es que me acaba de decir que era un demonio. Nada más ni nada menos que uno de los más poderosos.

-¿Astaroth como el demonio? -pregunté para asegurarme.

-¡Bingo! Enhorabuena al campeón -dijo con sarcasmo-. Gracias a mi, estás entrando a un nuevo mundo que ni los humanos conocen.

"Estoy muerto", pensé. Un demonio. Más me valía no hacerlo enfadar. Finalmente acepté su obsequio. La pregunta era ahora por qué me lo había dado. El demonio se alejó mientras tarareaba una canción hasta desaparecer de mi vista. Al poco rato, sin darme cuenta alguien me posa su mano sobre mi hombro provocándome un susto.

-¿Qué te pasa? ¿Te he asustado? -dijo Crystal-. He terminado antes de la hora, ¿te gustaría que vayamos a la cafetería?

Tragué saliva y asentí. No me vendría nada mal despejarme y disuadirme de la realidad a la que me enfrento. Seguí a mi amiga hasta la cafetería. A estas horas no había casi gente, por lo que estaba todo tranquilo. Nos sentamos en el medio. Crystal se ofreció a ir a por las bebidas, ella se pidió un zumo natural y yo un cortado. Conversamos durante una hora bastante larga, ya que ella no tenía tanto tiempo, se tenía que ir a una cita importante. Me dejó solo en la cafetería en el peor momento... Allí estaba Clary con Bai... Desde aquello no me atrevía a verla... Ahora sabiendo que los monstruos existen, tengo varias dudas. ¿Por qué mis padres saben de su existencia? ¿El demonio Astaroth por qué ha sido benévolo conmigo? ¿El hermano de Clarisa por qué me hizo tal pregunta? ¿Clarisa será un monstruo? Puse mis manos sobre la cabeza mientras grité por toda la frustración que sentía en el momento. Al ver la mirada de Clary posada sobre mí, recogí mis cosas y me marché corriendo del lugar.

 Al ver la mirada de Clary posada sobre mí, recogí mis cosas y me marché corriendo del lugar

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Revenge TownDonde viven las historias. Descúbrelo ahora