Revelación II

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Desde hace unos días Tomas evadía a Clarisa por temor a que esta fuera un monstruo horrible y horrendo. Clary pensaba que había hecho algo mal y la pobre chica sentía la necesidad de alejarse aun mas de él. Es la reacción de una persona introvertida que teme a preguntar por lo que pasa realmente. Ambos se encontraron en la plaza que hay justo al lado de la casa de la chica, el joven con miedo se volvió de inmediato por donde acaba de pasar, la chica, en cambio, se quedó quieta en medio de la plaza, esperando ver al chico caminar.

Tomas se encontraba en su habitación pensativo. No entendía como alguien podía ser un monstruo. Le ofuscaba de tan solo pensar en ello. La imagen que tenía de Clarisa se había evaporado. Se propuso que debía preguntar si era cierto, por lo que tomó su teléfono y escribió un mensaje proponiéndole quedar en ese mismo día en la playa, exactamente en el lugar donde se conocieron por primera vez. La chica aceptó sin pensar puesto que quería hacer las paces con su amigo.

Allí, en la playa, la joven bruja esperaba al humano mientras miraba hacia el horizonte, su cabello liso se movía de un lado a otro por la brisa marítima. El joven se acercó a ella con un simple hola nervioso. Ella le sonrío.

-Clarisa, tengo algo que preguntarte y no podía hacerlo en un lugar lleno de gente. Te lo voy a preguntar... -- el chico empezó a dudar—tú... eres... ¿Eres un monstruo?

La chica perpleja miró a su amigo. Ella amablemente le refutó.

-¿Por qué piensas así?

-Es solo que tu hermano... y un demonio... me dijeron que eras un monstruo.

Clarisa no salía de su sorpresa. Dos personas habían decidido contarle a Tomas un poco sobre ese mundo secreto sin pedirle su opinión.

-Ya veo... No, no soy un monstruo, soy más parecida a un ser humano que un mono.

Aquella comparativa hizo que el chico se echará a reír, solo a ella se le podía haber ocurrido compararse con un mono.

-Yo... en realidad, soy una bruja. Apariencia humana, no vivimos eternamente, porque podemos morir en cualquier momento y enfermar. Solo nos diferenciamos en un factor muy importante que es el uso de la magia.

En cierta manera Tomas se alivió al saber que no era un monstruo, pero el tema de la magia y todo ese mundo oculto era algo nuevo para él.

-Si quieres – entrelazó sus manos la joven --, puedo explicarte todo en mi casa. Allí no pasará nada, mi hermano sabe quién soy, conoce todo...

Los dos jóvenes fueron a la casa de la familia Bucarelli. El hermano de Clary se observaba a los dos fijamente. Tomas se sentía incomodo, la chica no le daba importancia a su hermano, puesto a que estaba acostumbrada al comportamiento de este.

-Sabes que soy adoptada, algo que resalta a simple vista. Mis padres biológicos al menos uno de los dos era un brujo. Este tipo de mezclas de linajes siempre hay uno que predomina. Entre brujos y humanos, domina el brujo o no, depende de la línea familiar. Te lo voy a explicar.

Tomas asintió más perdido que una perdiz. La chica cogió un bolígrafo y papel y dibujó unos esquemas.

-En el caso de que los dos seas brujos está claro que el hijo será brujo. Pero si es solo uno de los dos, la cosa cambia. Si el padre lo es y la madre es humana, solo los varones son brujos, pero si es al revés, solo las hijas lo serán. En el caso de mezcla con otras razas, las ratios ya cambian bastante.

-Entiendo -dijo con voz baja el chico –. Sigue explicando.

-Por lo que esto nos deja en claro que mi madre sí lo es o era una bruja, pero queda la incógnita de mi padre. Sin embargo, que yo sea así, no significa que Christian lo sea, es totalmente humano. Me supongo que el demonio era Astaroth, un viejo amigo de Boram.

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