III•Suicida•

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La llave penetró en la cerradura con
delicadeza y de forma lenta. Giró la llave y ¡clic! La puerta comenzó a abrirse con un leve chirrido. La luz entró cegadora contra mis ojos rojod y llorosos de haber pasado toda la noche allí sin dormir y temiendo a la oscuridad que me acechaba y me susurraba"Siempre estaras sola" "No eres nadie"
Cuando mis ojos se adaptaron vi a Madeleine en el marco de la puerta tendiendome la mano que yo no acepte. Con debilidad me arrastre hasta el picaporte de la puerta, lleve mis manos y con todas mis fuerzas empujé hacia arriba mi cuerpo caykendo todo el peso sobre este. Queria demostrarle que podia valerme por mi misma al igual quebtodos estos años que estuve abandonada y totalmente sola.
Ya de pies, mientras Madeleine me observaba con rostro de preicupación, comencé a desplazarme hacia las escaleras dando traspies. Mi cuerpo tan debil que caí a medio camino a plomo sobre mis rodillas. Madeleine se acercó corriendo y me agarro del brazo para ayudarme pero eran tan pocas mis fuerzas que cai del todo y el mundo se volvio negro.

~•~

Abri mis cansados ojos con dificultad por la luz. Me encontraba en una habitacion completamente blanca. Madeleine se encontraba en un sillón paralelo a la cama donde me encontraba. Di a suponer que estaba en el hospital.

- ¿Madeleine? - dije. La mujer me miró y se acercó - ¿Que hago aqui? -pregunté con las manos en la frente por el dolor de cabeza que tenia.

- Te desmayaste hace unos días cuando... - se callo y nos hundimos en un silencio absoluto

- No me hables de ello por favor - la dije - ni lo nombres...

Las lágrimas comenzaron a surcar mis mejillas rozandolas suavemente.

- Meghan lo.. Lo siento yo..

- ¡No quiero escucharte! ¡Basta! - grité. Estaba fuera de mi. No aguantaba más esta vida. Estas torturas continuas. Las noches en vela que pasaba cada noche pensando que podria venir a por mi en cualquier momento.

- Meghan... - llevo su mano hacia mi brazo pero lo aparte de inmediato - Me siento culpable Meghan, podria haberlo impedido pero...

- Tu misma lo has dicho nunca lo impediste - dije. Mi voz sonaba cruel, totalmente seca. - Dejame, vete

Me di la vuelta para no verla, de lado y cerrando los ojos para impedir que las lágrimas siguieran callendo. Oi como la puerta se abria, tardo un momento y se cerro de nuevo. Me incorporé con un pequeño giro para ver si era verdad que se habia ido. Cuando vi que no estaba volvi a mi posición y hundi la cabeza en la almohada y grité. Grite todo lo fuerte que pude intentando echar todo lo que llevaba encima. Mis miedos. Mis mayores miedos, pero sabia perfectamente que no se iria nunca hasta que no saliera de esa estúpida casa.
Me senté en la cama y me limpie las lágrimas con la manga del pijama. Mire la mesilla de reojo y habia unas pequeñas tijeras bastante puntiagudas para haberlas dejado ahi. Las coji y me dirigí al baño con ellas de la mano. Me observé en el., estaba peor que nunca, moratones en el cuello, el ojo hinchado, una brecha en la ceja. Estaba echa un desastre, me veía peor que nunca. Y es el momento en el que te das cuenta, abres los ojos, y ves que esta vida es la tuya y es real no es ningún sueño. Nada es como los libros o en las peliculas donde el chico te salva y os enamoráis. Es mentira cuando te dicen que hay que ser todo lo feliz que puedas en la vida, pero no, la vida es para sufrir y no ser nada, una miseria. Sentia que me ahogaba al mirarme en el espejo y verme asi, mis emociones estaban desbordadas. Cerré la puerta con el pestillo, miré las tijeras y las abrí. Tenia que acabar con tkdo ese dolor, ese sufrimiento continuo. La deslicé por mi muñeca con una fuerza notable, abriendose paso entre la piel poco a poco y dejando que la sangre se deslizara y cayera en el lavabo. La levanté y comencé de nuevo. Una por cada familiar perdido y las demás por la gente que me abandonó. Sabia que era ya suficiente, habia descargadobtoda la rabia que llevaba dentro.

"Doy asco" pensé

Tiré las tijeras, me limpié las heridas y presioné los cortes con papel hasta que dejaron de sangrar y limpie todo.
Comenzaron a llamar a la pyerta del baño

- ¿Meghan? - Diji Madeleine desde el otro lado de la puerta

- ¿Que quieres?

- Te han dado el alta. No vamos... A casa. En diez minutos vengo a buscarte.

La voz cesó y oí como la puerta se volvia a cerrar. Quité el pestillo y sali del baño. Cogí mi ropa y me vestí enseguida. Recogí las cosas que me habian traido en una mochila y entre la ropa meti las tijeras.

No sé si será buena idea... - pensé de nuevo.

Me estremecí y dejé de pensarlo. Me adentré en el pasillo del hospital temiendo por lo que pasaria en los siguientes dias y como conseguiria salir de allí

Distimia© [CPUS#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora